La Unió de Llauradors ha denunciado que el precio del gasóleo B (agrícola) es un 34% más caro que el año anterior, por lo que reclama medidas al Gobierno para compensar esta subida, que «repercute directamente en las rentas de los agricultores y ganaderos de nuestro territorio y que se traslada también a otros insumos derivados del petróleo, como los fertilizantes, herbicidas o plásticos», declaran desde el colectivo.

Ramón Mampel, secretario general de La Unió, advierte de que «los costes de nuestras explotaciones se han resentido porque no podemos trasladar esas subidas en los precios de nuestros productos agrarios». «El problema es que prácticamente la mitad del importe que paga el agricultor por el gasóleo agrícola corresponde a impuestos y la otra mitad al valor real del carburante», denuncia Mampel.