La Unió de Llauradors manifiesta la inutilidad de la ley de la cadena alimentaria que, lejos de lograr un mejor reparto de los beneficios desde el productor hasta el cliente final, ha conseguido un efecto contrario al subir el precio que paga el consumidor y bajar el percibido por los agricultores y ganaderos. Un estudio de la organización agraria sobre la cesta de la compra revela que las diferencias, en los años 2014 y 2015, no se han reducido y en algunos productos se han incrementado.