La Unió de Llauradors denuncia la pasividad de las instituciones comunitarias ante la llegada de cítricos procedentes de países terceros, a la hora de analizar la presencia de plagas y patógenos. El secretario general de esta organización, Carles Peris, resaltó ayer, en el transcurso del tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación, que la Comisión Europea no hace auditorías de las importaciones venidas de Sudáfrica desde el año 2016.

El dato llama la atención, teniendo en cuenta que es este país el que lidera el número de interceptaciones y que, en lo que llevamos de año «han aumentado en un 94% los casos» en nuestro continente, mencionó Peris. Si en el 2018 hubo 17 detecciones, en el presente ejercicio se ha duplicado la cantidad, con 33. Para el dirigente de este colectivo «hay falta de rigor, y esto preocupa al sector, porque podría infestar a la citricultura europea».

Una de las soluciones propuestas es el endurecimiento de los controles y el análisis de la fruta en origen. «Que haya inspectores europeos que garanticen que el contingente saldrá libre de plagas», indicó el secretario general de la Unió. Algo que ya impusieron los Estados Unidos en su momento, financiado por los exportadores de nuestro país.

Ante este panorama, solicitan que las instituciones de nuestro continente prohíban la importación de cítricos procedentes de zonas con afecciones y enfermedades donde hay decretada una cuarentena. También exigen el estricto cumplimiento de las normas sobre uso de fitosanitarios, de modo que coincidan las reglas de juego con aquellas que la Unión Europea aplica en sus propios campos de cultivo.

CAMPAÑA / Respecto a la evolución de la presente campaña citrícola, Carles Peris hizo mención al incremento de los precios, como consecuencia de la disminución de las hectáreas cultivadas. Aún así, puntualizó su temor de que la menor cantidad de fruta en el mercado «no se vea compensada» en los ingresos. En cuanto a la segunda parte de la temporada --en la que hay una menor competencia de los terceros países-- «ya hay compras positivas y esto podría llevar a un repunte para los productores», destacó.

Otro asunto mencionado fue la posible creación de un lobi mundial de cítricos, liderado por los países que amenazan a las naranjas y clementinas de nuestro territorio. «El sector nunca debería estar aliado con zonas de origen que no cumplen nuestras normas», opinó Peris, por lo que cree que la operación está pensada en dominar los grandes puntos de distribución comercial. «Por eso debería haber unas ciertas garantías de calidad», concluyó.