La mayoría de las parejas de hecho están hartas de escuchar la misma pregunta: «¿Por qué te resistes a pasar por el altar?». La respuesta, en muchos casos, suele ser un «porque no me apetece». Una falta de voluntad que puede esconder una alergia al papeleo, la sensación de que aún no ha llegado el momento o el derecho a decidir la vida propia al margen de las instituciones. Eso, unido al hecho de que el matrimonio (sea religioso o civil) esté de capa caída ha impulsado en Castellón las parejas de hecho registradas. Lo curioso es que ha ocurrido pese a los inconvenientes, que los hay: las uniones de hecho en la Comunitat valenciana tienen ciertos derechos menguados y más todavía desde el pasado mes de junio, cuando el Tribunal Constitucional (TC) tumbó parte de los artículos de la ley valenciana.

Que la apuesta por la convivencia sigue ganando terreno en Castellón pese a que la fórmula se topa con mayores inconvenientes que los matrimonios, lo demuestran los datos de altas en el Registro de Uniones de Hecho Formalizadas de la Comunitat valenciana, un departamento que depende de la Conselleria de Justicia y Administración Pública. Durante el 2015 se inscribieron en la provincia 199 nuevas parejas, un 41% más que en el año anterior, cuando fueron 141. Y este 2016 la tendencia es muy similar: 145 hasta finales de octubre. En la Comunitat, las cifras también van a más, desde las 1.320 parejas registradas en el 2014 a las 1.342 del pasado ejercicio.

Pese a que la estadística oficial demuestra que las uniones de hecho van a más, siguen siendo una opción totalmente minoritaria. Un dato. El año pasado se registraron en la provincia 2.021 enlaces matrimoniales (1.490 fueron civiles). ¿Conclusión? Por cada diez bodas se formaliza en Castellón una sola unión de hecho.

UNA LEY MODIFICADA EN EL 2012 // La apuesta por la convivencia se topa con mayores inconvenientes que los matrimonios. Entre ellos, cierta inseguridad jurídica. A falta de una ley estatal que regule las uniones de hecho, las comunidades autónomas han legislado, pero no todas lo han hecho, ni de la misma manera. La Comunitat lo hizo por última vez en octubre de 2012, cuando les Corts aprobó una ley que derogaba la normativa anterior de 2001. Entonces, se suprimió el Registro Administrativo de Uniones de Hecho de la Comunitat y se creó uno nuevo, el de Uniones de Hecho Formalizadas. Esa ley fue recurrida por el Gobierno y el pasado mes de junio el TC la tumbó definitivamente. En concreto, el Alto Tribunal declaró inconstitucionales diez de los quince artículos que componían la ley.

En la práctica, las parejas registradas como una unión de hecho en base a la normativa autonómica no han perdido su condición de pareja reconocida, pero sí buena parte de los derechos. Un ejemplo. Hasta junio si uno de los miembros de la pareja de hecho fallecía, el otro tenía derecho al uso de la vivienda habitual de la unión durante un año y a quedarse con el ajuar doméstico, un derecho que ha desaparecido.

La derogación de parte de la ley valenciana de parejas de hecho, y también la ley de custodia compartida ha movilizado a la Asociación de Juristas Valencianos que critican el retroceso y reclaman reformar la Constitución.