Abdelbaki Es Satty no perdió el tiempo durante el tiempo que vivió en Castellón tras salir de la cárcel. En ese periodo de entre tres y seis meses del año 2014 trató de captar para la Yihad al menos a un joven, al que ya le habló de la posibilidad de cometer atentados en España, según reconoció el mismo en su declaración ante la Guardia Civil.

Otro castellonense que también estuvo en contacto con el cerebro de los atentados del 17 de agosto en Barcelona dijo a los agentes que le interrogaron que no creía que le estuvieran atrayendo hacia posiciones radicales, aunque sí hablaron en varias ocasiones sobre la guerra santa.

La labor que el imán había iniciado en la provincia tuvo continuidad más tarde en Ripoll (Girona), donde sí logró sumar a su causa a unos jóvenes que posteriormente fueron los responsables materiales de las masacres en la Rambla y en Cambrils.

El sumario, que instruye el juez Fernando Andreu y al que ha tenido acceso Mediterráneo, evidencia que Es Satty salió de prisión empapado del Corán y, ya en libertad, llegó a dirigir algunos rezos en la mezquita de la calle Río Palancia, que frecuentaba y donde conoció a dos individuos de la capital conversos al Islam. A uno de ellos le invitó a su piso de la avenida Casalduch para que le arreglara el ordenador y, a partir de entonces, comenzó a hablarle «poco a poco y de manera sutil» de la Yihad y a mostrarle vídeos de acciones del Estado Islámico que el imán justificaba.

CONTRADICCIONES

En su declaración, este converso al Islam aseguró que también quiso inculcar estas ideas radicales a otro joven de Castellón que comenzó a acompañarle en sus visitas regulares --unas tres a la semana-- a Es Satty. Mientras él salía de allí con «dudas y una sensación extraña», su compañero «casi siempre estaba de acuerdo con Abdelbaki».

En este punto, las declaraciones de ambos son contradictorias, puesto que este segundo converso afirmó que sí habían hablado de la Yihad, pero que él dejó clara su posición de «no matar a nadie» y tampoco vio en el religioso una «posición belicista».

Fue esta segunda persona, que en la actualidad cree que el imán y el resto de terroristas le «engañaron», quién más relación tuvo a la postre con Es Satty. Tanto es así que ambos se vieron «entre cinco y diez veces» cuando el religioso pasaba por Castellón camino de Marruecos. En una de ellas este se quedó a dormir en su casa y después fueron «a tomar un café en la plaza de la Muralla».

RELACIÓN FLUIDA

Otra vez, en 2015, el joven llamó al imán porque estaba formando una cuadrilla de recogedores de naranja, y este mandó a la provincia a Youssef Aalla, el chico procedente de Ripoll que murió en la explosión de Alcanar y que ese tiempo vivió en un piso de alquiler de la avenida Almassora. A partir de entonces, comenzó a relacionarse con Aalla y otros dos terroristas: Younes Abouyaaqoub y Mohamed Hichamy. A todos les vio varias veces e incluso llegó a visitar el chalet del sur de Cataluña donde prepararon los atentados.

Los dos castellonenses, que se encuentran en libertad, pudieron ser los primeros de la red del terror del imán Es Satty.