En cuatro de cada diez comunidades de propietarios la tensión se cuece, unas veces a fuego lento y otras a todo gas. La intensidad depende de la cantidad de vecinos que haya dejado de pagar las cuotas o acumulan retrasos de varios trimestres. Y aunque la situación mejora poco a poco, los datos siguen impresionando. El año pasado, la deuda fue de 1.665,9 millones de euros en España, y de 20,24 millones en Castellón. En el primer caso, la morosidad fue un 8% menor que el año anterior. En el segundo, un 10%. Pero aunque la deuda se contiene, en muy poco alivia la magullada economía de las fincas de Castellón.

Los últimos datos del Consejo General de Administradores de Fincas de España revelan que en la Comunitat valenciana los vecinos morosos adeudaban al cierre del 2016 unos 201 millones de euros, un 7,9% menos que el año anterior. En Castellón la cifra es de 20,24 millones, 2,27 millones menos que un año antes. Lo significativo es que se trata de la primera vez que estos datos van a la baja y lo hacen tras cuatro años de subidas. «Hay una reducción de la deuda de las familias por la mejora económica general Hay más compromiso de pago y las cosas están más tranquilas», coinciden varios administradores de fincas de la capital. Además, y según el Colegio de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón, la capital de la Plana es una de las ciudades del país con mayor descenso de morosidad en comparación al año anterior.

La morosidad va a la baja, pero todavía hay decenas de vecinos que no están al corriente de pago. Los administradores aseguran que la mayoría son los morosos accidentales, es decir, no abonan sus cuotas por problemas económicos, porque se han quedado en el paro o trabajan pero el salario no les da para mucho más. A los que no tienen liquidez, le siguen los que sí la tienen pero no pagan. «Estos últimos representan entre un 30 y un 35%», coinciden los administradores.

LOS BANCOS adeudan 5 MILLONES // Además del moroso intencionado y el accidental, la crisis trajo el perfil de las entidades financieras que, con un amplio parque de viviendas, no cumplían con sus obligaciones con las comunidades. De hecho, los bancos representaban el 19% de la morosidad en 2013, un porcentaje que se ha reducido tres puntos en 2016. Al cierre del año pasado, en Castellón, los bancos dejaron a deber a las comunidades 5,27 millones de euros, un 11,77% menos que durante el año anterior.

Pese al descenso de la morosidad que vecinos y entidades financieras aún adeuden 20 millones en Castellón no es un dato sin trascendencia. Detrás de esos millones se esconde el progresivo deterioro de los edificios, las fachadas que se dejan de arreglar y los ascensores que se dejan de colocar. «En 2013 entró en vigor la Ley que fomenta la rehabilitación obligatoria de aquellos edificios que superen los 50 años al llegar al año 2018. Pero rehabilitar es difícil con la morosidad existente», insisten desde el Colegio de Valencia y Castellón.