Moncofa. 10 de julio. Una de la tarde. En la calle hace un sol de justicia y a 30 grados lo único que apetece es estar en el agua. Y justamente eso es lo que hacen las decenas de familias que estos días descansan en la playa. Estela López y María Chicharro, en cambio, no van a tener vacaciones. Pero están la mar de contentas. Las dos estudian el grado universitario de Información y Turismo y las dos han conseguido trabajo en la Oficina de Turismo de Moncofa, Allí atienden a los visitantes, les proporcionan mapas de la localidad y les explican qué pueden hacer en la provincia. «Es un trabajo superinteresante que nos da la oportunidad de tratar con muchísima gente y también de practicar idiomas, sobre todo, el inglés y el francés», explican.

Estela tiene 19 años y María, 22. Las dos habían trabajado antes en sectores como la hostelería y el comercio, pero esa es su primera vez en una Oficina de Turismo. «Es una suerte haber encontrado algo relacionado directamente con los estudios y, encima, hacerlo en mi localidad», asegura Estela, que empezó a trabajar el pasado 1 de julio y acabará a finales de agosto. El puesto, además de proporcionarle un dinero con el que costear los estudios, le servirá también para enriquecer su currículo. Para María, a quien solo le queda una asignatura y el trabajo final para graduarse, este empleo también es una bendición. «Yo estaré hasta el próximo diciembre y en un futuro me gustaría dedicarme a la dinamización turística», argumenta.

Al igual que ellas, cientos de jóvenes de Castellón aprovecharán el verano para trabajar. De junio a agosto del año pasado se firmaron en la provincia 60.899 contratos y este verano la cifra podría ser superior, ya que los primeros datos hablan de incrementos que oscilarán entre el 15 y el 20%.

Un ejército de trabajadores vinculados a sectores que dependen en su mayoría del turismo, como el comercio, la hostelería, logística y el ocio, se han incorporado este mes de julio a un mercado laboral que en verano ofrece más oportunidades que nunca. Todos buscan lo mismo: ganar algo de dinero con el que poder hacer frente a las tasas y a los libros y, sobre todo, aprender a trabajar en equipo. Todo suma.

Sergio Lorenzo empieza a mentalizarse de que apenas quedan cuatro días para que comience el FIB. «Son fechas de locura, pero no solo para nosotros, sino para todos los restaurantes y comercios de Benicàssim», explica este estudiante de segundo curso de Administración y Dirección de Empresas (ADE) que lleva tres veranos consecutivos trabajando en el local que Telepizza posee en la avenida Castelló de Benicàssim. Sus veranos detrás del mostrador los cuenta en función del FIB. «Este año será mi tercer festival», apunta. Natural de Benicàssim y con solo 20 años, Sergio se encarga, básicamente, de apuntar pedidos tanto por teléfono como en el propio local, así como de su elaboración: «Este empleo me da la oportunidad de ayudar un poco en casa y también de crecer como trabajador dentro de una empresa. Aquí aprendes a trabajar en equipo y a conocer a fondo el sector de la hostelería». Y quien lo dice es un estudiante al que en un futuro le gustaría o bien tener su propio restaurante o bien dedicarse a la docencia.

Miriam Martos no tiene que estar pendiente de los pedidos que le llegan por teléfono, pero anda con cuatro ojos controlando al grupo de niños de entre 2 y 5 años a los que cada día da clases de natación en el club de tenis Torremar de Benicàssim. Los conoce desde hace 15 días, pero ya casi forman parte de su familia. «Empecé con las clases el 2 de julio. Poder trabajar y, encima, hacerlo de algo que te gusta es una maravilla», cuenta esta universitaria de Castellón, de 19 años, y estudiante de un doble grado en Ciencias de la Actividad Física y Educación Primaria. «Gracias al trabajo no tengo que pedir tanto dinero a mis padres. Además, gano en seguridad y mejoro el currículo», puntualiza.

En un lugar bastante más lejos de la playa trabaja Óscar Nomdedeu. Este joven de l’Alcora de 21 años y estudiante de tercer curso de Dirección y Administración de Empresas (ADE) realiza prácticas extracurriculares en la Caixa Rural Sant Josep de l’Alcora. Para Óscar, que empezó a trabajar en junio y acabará en septiembre, esta es su primera experiencia laboral. Por primera vez no tendrá vacaciones, pero asegura que no le importa. «Tengo un horario muy bueno. Acabamos a las 15.00 horas, así que por las tardes tengo tiempo de sobra para hacer cosas», confiesa este joven para quien poder trabajar en una entidad financiera es todo un privilegio. «Lo más importante es que adquieres experiencia», dice.

No todo el mundo tiene la suerte de trabajar en el castillo de Peñíscola, uno de los rincones más populares de la provincia y que cada año recibe la visita de más de 300.000 personas. Por eso Carla Torres se considera una auténtica privilegiada. Graduada en Historia por la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón y máster el Historia Moderna y Estudios de Género, esta joven de la capital de 25 años trabaja como guía turística en el castillo del Papa Luna. Y todo gracias a una beca de la Diputación provincial.

Junto a otros siete titulados de la provincia, Carla es la encargada de explicar y enseñar a los turistas los secretos de una imponente fortaleza edificada por orden de los templarios, a semejanza de los castillos de Tierra Santa, entre finales del XIII y principios del XIV. «Es asombroso la cantidad de gente que pasa a diario por el castillo y es gente que procede de todas partes del mundo, desde China a Rusia, Holanda, Argentina... y, por supuesto, también muchísimos visitantes nacionales», explica.

Los guías del castillo trabajan en turnos de mañana y tarde, y eso les da también la oportunidad de disfrutar del verano y, encima hacerlo en Peñíscola. «La mayoría hemos alquilado un apartamento. Cuando no estoy trabajado disfruto de la playa y también de la oferta cultural de Peñíscola, que es de 10», añade.

Al lado del mar también trabaja Eva Das, una universitaria del Grao de 20 años. Estudiante del grado en Economía, Eva se pasará el verano en el puerto de Castellón, donde tiene un empleo como peón. «La principal ventaja es que te hace madurar como persona, que descubres que todo cuesta y que hay que currar mucho para conseguir las cosas», indica Eva, que tiene experiencia como monitora de natación. Para todos, la cuestión es no parar.

Si aun no tienes trabajo este verano y quieres enterarte de las mejores ofertas, puedes consultar Grupo Noas.