El diésel tiene los días contados». Son las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que el pasado martes fue muy explícita respecto a sus intenciones a la hora de regular el uso de este combustible por su «impacto» en la calidad del aire. Y aunque Ribera no aclaró cómo se piensa gravar el gasóleo --pese a que aludió a una posible intervención del Ministerio de Hacienda--, parece claro que los propietarios de este tipo de vehículo van a tener que pagar un extra por su utilización, una circunstancia que en la provincia afectaría a 246.829 unidades.

Un número que representa más de la mitad de vehículos que conforman el parque en Castellón, un total de 466.622, según los datos de este año proporcionados por la Dirección General de Tráfico (DGT). La gran mayoría (309.151) se trata de coches y, asimismo, más de la mitad, concretamente 173.269 unidades, utilizan diésel para funcionar.

AÑO DE RÉCORD // El año 2005 fue el ejercicio en el que más automóviles de gasóleo se matricularon en Castellón (13.890). El hecho de que en 1990 se vendieran solo 197 da una idea de la popularidad de este carburante en los últimos tiempos, hasta el punto de que es mayoritario ahora.

Ribera avanzó que las medidas para gravar el gasóleo podrían ser «fiscales o regulatorias». De ponerse en marcha, significaría un gasto más para unos usuarios que ya han visto castigado su bolsillo durante los últimos meses por la subida del precio del carburante. Y es que el gasóleo está marcando los importes más altos desde hace tres años y medio, según los datos que ofrece tanto el Ministerio de Industria como algunos portales especializados, como Dieselogasolina. La subida, en el plazo de solo dos meses, ha sido tan acusada que llenar un depósito de 50 litros de diésel en Castellón costaba a principios de junio prácticamente cinco euros más que a finales de marzo.

más control // Por si fuera poco, los usuarios de vehículos diésel de más de 20 años lo tienen más difícil para pasar la ITV. Y en Castellón, en la actualidad, hay unos 20.000. Desde el pasado 20 de mayo, tras la entrada en vigor en España de una nueva normativa en este sentido, se han endurecido los controles para estos automóviles, al ser los que más contaminan. Así, ahora ya no basta con pasar los test de frenado o de reglaje de las luces, ya que los coches son enchufados a un equipo especial que verifica el estado de toda su electrónica.