Sara Casanova es una joven que al terminar el grado de Relaciones Laborales y Recursos Humanos en la UJI decidió emprender una aventura en Reino Unido sin fecha de vuelta. “Tenía una amiga que vivía en Londres, pero me fui sola, sin trabajo pero con una buena base de gramática y vocabulario gracias a mis estudios de bachillerato”, dice la castellonense. Una de las cosas más significativas en estos tres años y medio que lleva en Reino Unido ha sido lo siguiente: “Encontrar trabajo de lo que estudié, eso me hizo sentirme muy orgullosa”.

La decisión de decidir a qué ciudad quería irse tampoco fue fácil. “En Castelló trabajaba como entrenadora de gimnasia rítmica y todo lo que ganaba me lo gastaba en viajes. De esta manera, pude visitar diferentes ciudades de Europa”, añade. Sin embargo, nos cuenta que no todo fue tan sencillo: “Al principio barajaba la posibilidad de irme a Berlín pero la descarté principalmente por el idioma, entonces me decidí por Londres ya que así podría mejorar el inglés y también tendría muchas oportunidades de trabajo”.

Además, la joven destaca “la flexibilidad que te encuentras a la hora de trabajar en Londres no la encuentras en ninguna parte. En Castellón, y en todas las partes la gente es la que se adapta al trabajo y aquí, en Londres, es todo lo contrario, el trabajo es el que se adapta a ti”. En cuanto a precios, la diferencia es grande pero, lógicamente, el salario también es mayor. “Al principio todo parece muy caro, pero cuando empiezas a trabajar todo se equilibra”, reconoce Sara Casanova, coordinadora del departamento de Recursos Humanos del hotel, Royal Lancaster London. Aunque también nos confiesa la castellonenses que los alquileres son mucho más caros que en Castellón: “Alrededor del 40% o 50% del salario se va con el alquiler del piso”.

Reconoce esta castellonense por el mundo que el choque cultural le ha "sorprendido bastante. Un día fui a cenar a un restaurante tailandés y le di un abrazo a una trabajadora tailandesa, que conozco desde hace un año, y se puso a llorar ya que en Tailandia que alguien te toque la cabeza o te dé un abrazo es una falta de respeto”, añade.

Asimismo, Sara Casanova destaca que “al igual que en Castellón es típico comer paella los domingos, aquí en Londres, todos los viernes se come fish and chips”, es decir, pescado rebozado con patatas fritas. Asegura que “Golden Union o Poppie’s” son algunos de los mejores restaurantes para comer fish and chips, según la castellonense. También es muy típico “el portobello mushroom and chicken pie, que es un hojaldre relleno de pollo asado con champiñones y nata”.

Londres ofrece un gran abanico de actividades y espectáculos como “el musical del Rey León y Aladín”, y también te brinda la posibilidad de conocer gente de todas las partes del mundo: “Tengo amigas australianas, inglesas, españolas…”.

Afortunadamente, Sara nunca ha tenido ningún problema grave de salud, aunque asegura que “hace un año tuve un esguince y me atendieron muy bien". Pero sí admite que "la sanidad española es más profesional y moderna”.

“Nunca me he arrepentido de vivir esta experiencia, ahora lo que veo más difícil es volver. Además, con mi familia tenemos un contrato de que no podemos estar más de cuatro meses sin vernos. Si no puedo ir yo, vienen ellos a visitarme”, añade. La proximidad de ambas ciudades y la accesibilidad de poder coger un vuelo directo desde el aeropuerto de Castellón hace que muy a menudo la castellonense reciba visitas de amigos y familiares. También reconoce echar de menos “las rosquilletas y la playa, ya que el sol aparece más de lo que la gente se piensa”.

Por último, para quienes estén pensando acudir a la capital de Reino Unido recomienda algunos lugares no tan turísticos pero que merecen la pena visitarlos: “Holland Park es uno de los mejores parques que tiene la ciudad, además por dentro puedes encontrarte como pavos reales y se encuentra en la zona 1, muy accesible para los turistas. Otro sitio muy recomendado es Neasden, el templo hindú más grande del mundo fuera de India, situado en el noreste de Londres. Totalmente gratuito y por tan solo dos libras puedes acceder a la zona sagrada”.

Si conoces a algún castellonense por el mundo que tenga una historia que contar puedes contactar con nosotros a través del número de whatsapp 680-55-85-77, en el correo electrónico rfabian@epmediterraneo.com, o bien en los diferentes canales de Mediterráneo en Facebook, Twitter e Instagram.