En vaqueros, zapatillas de deporte y sudadera. Así pasa los días en el centro penitenciario de Aranjuez (Madrid) Carlos Fabra. Interviú publica esta semana diez páginas con imágenes exclusivas del anterior presidente de la Diputación y del PP provincial en el módulo 3, en el que está recluido, y en otras zonas de la cárcel madrileña, donde cumple desde el 1 de diciembre del 2014 una condena de cuatro años por defraudar casi 700.000 euros a Hacienda desde 1999 al 2003.

En las fotografías que hoy publica la revista se puede ver a Fabra --conocido dentro del módulo como don Carlos o señor F, según señalan las fuentes--, jugando una partida de dominó con otros reclusos, bebiendo un refresco en el patio, llamando por teléfono o manejando el mando a distancia del televisor de la sala común donde se distraen los internos del centro penitenciario.

Según testimonios recabados en el interior del centro penitenciario por interviú, Carlos Fabra es el interno que más correspondencia recibe de los alojados en el módulo 3, un área habitada sobre todo por reclusos muy veteranos o antiguos toxicómanos.

Fabra suele quedarse bastante tiempo en su chabolo, como se conoce a las celdas en el argot penitenciario, un espacio individual y un tanto desordenado en el que tiene un tablón repleto de fotos de sus nietos, señalan las fuentes consultadas, quienes aseguran que ese tiempo lo pasa analizando las cartas que recibe y viendo la televisión.

Varios testigos presenciales sostienen en el reportaje que publica interviú que el exdirigente del PP recibe “un trato especial” por parte de la dirección del centro y de algunos cargos del mismo. Critican que recibiera un permiso “tan rápido” y tan fácilmente si se compara con el resto de presos; y también que algunos funcionarios le llamen de usted o de don, incluso por megafonía.

un permiso // Lo cierto es que en el año y casi tres meses que lleva en prisión, el expresidente de la Diputación ha salido al exterior en una ocasión, cuando a mediados de octubre dejó el centro durante cuatro días, que pasó con su familia en Madrid. Posteriormente, aunque su abogado, Javier Boix, ha solicitado más permisos, Instituciones Penitenciarias no le ha concedido ninguno. Uno se lo negó pocos días antes de las últimas elecciones del 20 de diciembre, como publicó este diario semanas atrás.

Su letrado también ha iniciado ya los trámites para lograr el tercer grado penitenciario, lo que le permitiría acudir a la cárcel solo a dormir, pero no lo ha conseguido a pesar de que en verano ya inició los trámites para lograrlo.

Además del tiempo que está pasando en prisión, Fabra fue condenado al pago de 1,5 millones de euros. Para lograr el dinero con el que pagar la multa de 750.000 euros que le impuso el juez, el antiguo dirigente popular castellonense puso en venta su chalet de Platgetes, la que era su vivienda habitual. Antes ya tuvo que hacer lo mismo, esta vez para abonar la fianza de responsabilidad civil, con su piso ubicado en la plaza de las Salesas de Madrid.