Pretendo hablar del Maestrazgo de Montesa y no hace falta poner el acento en afirmar que el nombre de Maestrazgo --el Maestrat-- se ha hecho popular a través del tiempo. Estoy seguro de que todos los lectores de la página saben de qué estamos hablando. Podríamos sintetizarlo diciendo que se trata de un espacio geográfico castellonense situado al norte de nuestra provincia, que abarca más de una veintena de poblaciones, aunque sus términos municipales no siempre tienen unos límites definidos totalmente.

Se puede identificar como un paisaje característico de tierras montañosas, viejas casas y masos de piedra; comidas tradicionales que justifican por su singularidad un viaje por allí. De escasa población humana, esa es la verdad, y naturaleza todavía bien conservada. De hecho, el nombre de Maestrat ha tenido tanta fortuna que en los últimos tiempos se habla en términos turísticos cuando se cita a estas tierras. A mí me es muy grato, puesto que mi primer apellido, Bellés, es oriundo de Culla, población tan significada por ser cabeza de setena --siete pueblos-- durante muchos años, aunque algunos investigadores aseguran que el apellido es procedente de la Toscana, en Italia, y de sus compradores de valiosa lana de nuestro ganado lanar.

HASTA EL MEDITERRÁNEO // Un erudito de renombre como Gaspar Gómez de la Serna ya dejó escrito que cuando la abrupta sierra del Maestrazgo acerca los últimos peldaños de su revuelto graderío geológico a la vista del mar, se dulcifica y se amansa; se aplana con la vista del Mediterráneo, convirtiendo su duro y ascético gesto en una franca sonrisa. Y es que la tierra deja, al fin, de ser pelada altura, heroico bancal, caliza yerma, rambla seca o sediente ladera lunar lijada por una erosión milenaria, para transformarse, por un milagro de fecundidad, en huerta y jardín. Todos los olores y colores, todos los vegetales, jugos y refrescantes aguas que le han sido negadas a la roquera sobriedad del Maestrazgo vienen a darse cita aquí, en esta zona litoral que va desde los montes de Almenara hasta la playa de Orpesa, por ejemplo. Y aparecen los colores de la Plana y sus naranjales, las alquerías blancas y el verde fresco de las viñas, dorándose al sol. Y cercándolo todo, un azul oscuro, intenso por pinceladas violáceas. Y no hay que olvidar los algarrobos con su verdor, caliente, perenne, y los copudos olivos grises, que mecen sus álabes rehilantes, como decía don Ricardo Carreras, un sabut poeta de la Castellonenca.

LA VIDA // Cuando el régimen de vida de los frailes de Montesa en la época medieval, estaba organizada bajo las normas de la Orden del Císter, tal como regulaba su bula fundacional de 1317, además de con los privilegios eclesiásticos que recibieron, tanto del Císter como de la Orden de Calatrava. La supervisión y control sobre las obligaciones religiosas y la propia vida cotidiana estaban en manos de dicha orden castellana de Calatrava y del abad del monasterio de les Santes Creus, que envíaban periódicamente visitadores para comprobar el cumplimiento de las constituciones. Con el tiempo, ya en el siglo XVII, Montesa consiguió una total independencia religiosa.

Los frailes de Montesa estaban sometidos per se a los conocidos tres votos de pobreza, obediencia y castidad, aunque es histórico el hecho de que, poco a poco, la mayoría de ellos acabaron llevando una vida parecida a la de la nobleza de la época.

Lo cierto es que, a partir de la década del año 1540, una bula del Papa Pablo II permitió que ciertos frailes pudieran contraer matrimonio. Y llegados a este punto, fue posible que ser fraile caballero condujera a la posterior consecución de un título nobiliario, y un cierto compromiso formal de vida personal e íntima.

Por lo demás, pudieron vestir una pieza larga, de tejido blanco, con una capa negra, con la cruz roja de la orden catalana de Sant Jordi.

LA ORDEN DE MONTESA // La definición de Maestrazgo, añadida a la de Montesa, tiene su arranque en el siglo XIV, en que señorea todo el reino la orden militar valenciana de Santa María de Montesa, cuyo control se fijó hasta finales del XIX, después de mostrarse sus miembros como colaboradores de los vecinos de Morella, Sant Mateu, de Benassal, Vistabella, les Coves o Traiguera, que ya desde el siglo XIII habían comenzado a ordenar campos y caminos, soportando los años de epidemias y de malas cosechas.

En aquel tiempo, la Orden de Montesa era una de las cuatro grandes órdenes militares históricas de ámbito hispánico, en general, al igual que las de Santiago, Calatrava y Alcántara.

Y dependientes del Obispado de Tortosa, entonces, figuraban las 72 parroquias, de Atzaneta, Vilafamés, Ortells, Sorita, Catí, les Coves, Todolella, la Mata, Castell de Cabres, Traiguera, Cabanes, Almenara, Rosell, Vistabella, la Pobla Tornesa, Vallibona, Benassal, Culla, la Salzadella, Xert, el Boixar, Cervera del Maestre, Nules, Ares, Sant Mateu, Morella, Albocàsser, Vilafranca, Castelló, Almassora, Onda y Orpesa.

LOS MAESTROS // Según el erudito Enric Guinot, entre 1319 y 1592, se fija el tiempo de la incorporación del Maestrazgo a la monarquía. Y solamente hubo entonces los 14 maestros en la Orden de Montesa siguientes:

-- Fray Guillem d’Enrill, del 22-7 al 4-X-1319.

-- Fray Arnau de Soler, del 26-X-1319 al 6-XI-1327.

-- Fray Pere de Tous, del 13-XI-1327 al 5-8-1374.

-- Fray Albert de Tous, del 18-8-1374 al 13-7-1382.

-- Fray Berenguer Marc, del 23-7-1382 al 8-3-1409.

-- Fray Romeu de Corbera, del 25-7-1410 al 5-9-1445.

-- Fray Gilabert de Montsoriu, del 14-9-1445 al 3-XII-1453.

-- Fray Lluís Despuig, del 12-9- 1453 al 3-X-1482.

-- Fray Felip Vives Canyamás, en dos periodos: del 10-X-1482 al 18-6-1492.

-- Infante de Aragón y de Navarra, del 2-1482 al 10-7-1488.

-- Fray Francisco Sanz, 12-1-1493 al 3-2-1506.

-- Fray Francisco Bernat Despuig, del 15-2-1506 al 3-6-1537.

-- Fray Francesc Llansol de Romaní, del 17-7-1537 al 12-3-1544.

-- Fray Pere Lluís Galcerán de Borja, marqués de Navarrés, del 19-9-1545 al 20-3-1592.

En realidad, la Orden de Montesa fue perdiendo brillo con las primeras desamortizaciones, hasta llegar a su abolición en 1931, al iniciarse la 2ª República. H