Provocador, ágil, pedagógico y con un mensaje muy claro y dirigido directamente a combatir la incertidumbre de las empresas, Marc Vidal tardó apenas segundos en ponerse en el bolsillo a los más de 250 asistentes a las X Jornadas PortCastelló Mediterráneo. Lo hizo animándoles a trabajar no ya para adaptarse a la cuarta revolución industrial, sino para adelantarse a una quinta que prevé que se consolide en la década de 2030. Este experto consultor en transformación y estrategia digital instó al tejido productivo a «abrazar la tecnología» en lugar de temer sus consecuencias para el empleo y a trabajar para mantenerlo poniendo en valor todo aquello que los robots nunca podrán realizar.

Vidal, que también imparte clases en varias escuelas de negocio, aseguró durante su exposición que la «creatividad» y la «innovación» son atributos humanos y que, en este sentido, en el futuro próximo «todo aquello que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable» en el modelo productivo. «Cuando les digan que un robot les quitará el empleo, sepan que no es así, se lo quitará quien sea capaz de llevarse mejor con el robot», añadió para dejar claro que las personas deben estar «en el centro» de los cambios porque «la tecnologia es el cómo, nosotros el por qué». «Las máquinas nunca serán capaces de ser creativas, imaginativas, intuitivas, sensibles, ni capaces de soñar, sentir placer o deseo de mejorar», sentenció.

PENSAR EN EL CLIENTE

Este experto y conferenciante evidenció que los modelos de negocio cambiarán radicalmente en los próximos años y que una de las cuestiones en la que las compañías deberán poner el foco es en mejorar la escucha al consumidor. «La atención al cliente ya no puede ser solo un departamento, sino una actitud de la empresa que debe lograr situarlo en el centro de la cadena de valor».

Asimismo, otro de los retos pasa por lograr en otros sectores algo que por ejemplo ya ha tenido lugar en la fotografía: monetizar no solo una mercancía, sino un servicio. Vidal explicó como Kodak, otrora empresa líder en este ámbito, quebró con la llegada de la imagen digital al no adaptarse al hecho de que el negocio ya no estaba en el soporte, sino en la experiencia y en la creación de plataformas donde alojar esas imágenes que se multiplicaban. Los sectores más industriales, como la cerámica castellonense, todavía tienen mucho camino por recorrer para maximizar sus beneficios en una economía cada vez más terciarizada.

Según este consultor, un tercer elemento imprescindible en el cambio de modelo es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para generar datos pero, sobre todo, para «convertirlos en conocimiento, que es donde está la rentabilidad». Esto le valió para insistir en la necesaria cohabitación entre hombre y máquina, al afirmar que «los países con más robots, como Corea del Sur o Alemania, tienen menos paro».