Max es un científico que vive en el espacio, porque la vida en el planeta azul es inviable por la contaminación. Su misión será recuperar la Tierra, con la ayuda de un robot que puede caminar por aguas contaminadas. En este contexto se desarrolla The Way Back, uno de los 13 videojuegos desarrollados por alumnos de la Jaume I para concienciar sobre la emergencia climática y que ayer se presentaron en el Menador Espai Cultural.

La iniciativa, enmarcada en el proyecto Planeta Debug, cofinanciado por la UJI y la fundación Carasso, coincidió con la celebración del último día de la Cumbre del Clima de Madrid. El observatorio de cambio climático de Castelló, patrocinado por Fobesa y la UJI, está implicado.

Emilio Sáez, profesor e investigador principal de Planeta Debug, destacó los objetivos de este Living Lab: «Impulsar procesos más creativos para la divulgación del conocimiento científico; diseñar potenciales videojuegos con más impacto y que generen más motivación en los jugadores y aproximar el cambio climático a la sociedad con vías más lúdicas». Y es que, como recordó Francesc Mezquita, concejal de Educación, «el 41% de la población juega a videojuegos. Por tanto, es gamer en mayor o menor medida».

A su vez, el subdirector general de Innovación Educativa, Jaume Pastor, subrayó que «implica al alumnado del grado de videojuegos a acercarse a la sostenibilidad y apuesta por lenguajes juveniles para lograr transmitir cultura vinculada con la ciencia y el cambio climático».

Nueve están inspirados en otras tantas líneas de investigación de los cuatro centros de la UJI. Otros cuatro son desarrollados por una asignatura optativa del Grado de Videojuegos, que contempla crear juegos educativos, como explicó Maria Josep Picó, investigadora de la UJI.

El grupo de investigación en Semiconductores Avanzados, inspira el juego Lightbringer, enmarcado en un mundo postapocalíptico, en el que el objetivo es devolver la luz a las personas afectadas por la contaminación.

El agua se agota

El de Historia y Derecho Foral, inspira Versión 18, que se sitúa en un contexto en el que los recursos hídricos se agotan y se empiezan a enviar colonias a Marte para aprovechar los recursos del Planeta. Los jugadores tendrán que resolver puzzles para desarrollar un complejo sistema de tuberías para transportar el agua.

El edil de Castelló, Francesc Mezquita, destacó que se pretende trasladar Planeta Debuig en las aulas. Así, en coordinación con la Conselleria, se promueve la formación específica al profesorado para que los alumnos de colegios e institutos desarrollen sus propios videojuegos.

Mientras, Juan Pablo Mateo director general de Fobesa, presentó el proyecto de concienciación medioambiental de la firma, La vida de las cosas, que cuenta con la ayuda de tablets y realidad aumentada y un aula itinerante. Su objetivo es el de lograr incrementar la concienciación infantil en el reciclaje de los residuos domésticos.

El de la UJI fue el primer grado universitario de España sobre esta materia, que aúna arte, tecnología y comunicación.