El fuerte viento que ha traído a Castellón la borrasca Karine se mantuvo ayer en la zona del interior de la provincia con rachas que llegaron a los 106 kilómetros por hora en Morella o a los 95 en Fredes. En el litoral también se dejaron notar las ráfagas, aunque en menos medida que el pasado lunes cuando los bomberos tuvieron que realizar una cuarenta de servicios relacionados con la caída de árboles o cascotes en la vía pública. Unos daños que también se han dejado notar en el campo, donde los agricultores hacen recuento ahora de los cítricos afectados. Muchas de estas naranjas tardías, especialmente, valencias y navel, han caído al suelo, según explicó ayer el secretario general de la Unió, Carles Peris.

«Aún no hay un balance de pérdidas, pero está claro que se ha visto afectada parte del final de la cosecha. Habrá daños, pero el hecho de que la campaña estuviera bastante avanzada ha sido importante porque quedaba ya poca fruta en el árbol. Otros años por estas fechas había más sin recoger todavía», señaló Peris.

Los que retomaron ayer la normalidad fueron los pescadores de la provincia que sí pudieron salir a faenar, según confirmó el secretario general de la Federación Provincial de Cofradías de Pesca de Castellón, Manuel Albiol.

previsión // El pronóstico meteorológico apunta a que las fuertes rachas de viento en el interior y litoral norte empezarán a primera hora de esta mañana a remitir y está previsto desactivar las alertas. Las temperaturas irán en ascenso, sobre todo las mínimas, que subirán de forma localmente notable. En Castelló se prevé que el termómetro llegue a los 23 grados, después de que ayer en Torreblanca se alcanzará la máxima de la Comunitat con 24,4 grados a las 16.00 horas, mientras que, en Vinaròs, el mercurio marcó 23,8 grados. Por contra, la mínima en el conjunto de la Comunitat también se registró en la provincia, en concreto, en Fredes con -0,3 grados y 1,3 en Vilafranca.