Nació en la población de Mosqueruela, Teruel, pero su vida desde que tenía 12 años, fue adquiriendo protagonismo en el Castellón agrícola como un personaje querido y admirado por otros labradores de toda la vida. Me atrevería a decir que fue acogido como un pariente cercano por algunas familias de acusada notoriedad, entre las que hay que citar a las de Jaime Sales y de Guillermo Ventura. Y su vida y sus trabajos estuvieron muy cercanos a personajes como Pardo y Quintana, Balado, Arrufat, Causanilles y Albiol, Felip o Pachés, muy significados representantes del mundo agrícola y que algunos de ellos llegaron a tener singulares representaciones políticas como concejales en el Ayuntamiento.

Todas las relaciones fueron como un trampolín para que Manolo se convirtiera en un destacado conocedor de los vaivenes agrícolas de nuestra marjalería, de las grandes posibilidades de los árboles frutales y naranjeros y de los productos de la verdulería de nuestro entorno.

Empezó a ser conocido como Manolo ‘el llauradoret’, que destacaba por su facilidad para la comercialización de las producciones agrícolas de sus ‘patronos’ y no tardó en hacerse popular por su interés y desprendimiento y por sus profundos conocimientos del mundo agrícola local.

EL ‘KRONE’ // Llegó a ser uno más en las animadas tertulias con aquellos que habían llegado con nombres de las viejas raíces, que fueron conociéndose por sus alias, peculiares patronímicos al cual más chocante e identificador de carácter, personalidad, fisonomía, incluso linaje. Todos pasaron en un momento determinado por las tertulias agrícolas de la Cámara Agraria o Círculo de San Isidro en la calle de Enmedio. Lo que dio en llamarse el Krone, un lugar mágico durante muchos años. Allí gustaba de encontrarse con sus amigos los Quintana, el Frare y el Garbellador.

Aquel local, convertido en casino de los labradores de Castellón tanto tiempo, bajo el amparo de la Caja Rural, ha pervivido con natural esencia y sabor un tanto añejo, convirtiéndose me atrevería a decir que en el último reducto de la labranza castellonera, cuyos genuinos representantes que he citado encontraban allí un venturoso y acogedor hogar con el que llenar el hastío de unas horas con las más sabrosas tertulias, sazonadas por los recuerdos de un pasado no muy lejano, con olores de azahar, chasquidos de viento en los trigales, aromas de ciénagas arroceras, como escribía un día el singular Tonico Gascó.

LA VIDA // Hijo de Gaspar Gil y Rufina Albalate, Manolo ‘el llauradoret’, nació el 10 de junio de 1926 en Mosqueruela. Hubo también dos chicas, Asunción y Veneranda. Cada cual a lo suyo, pero eran tiempos en los que las gentes, además de sus trabajos y sus familias, gustaban de la política y de crear casinos o círculos para reunirse. Se dividían entre radicales, integristas, carlistas, republicanos, regionalistas… Los labradores aglutinaban en sus pensamientos políticos y humanos una ideología conservadora y religiosa. En ese ambiente, a los 12 años, Manolo fue enviado a otra familia de Castellón, situada en el entorno de la plaza Isabel la Católica, donde pronto entró a trabajar a las órdenes de especialistas agrícolas. Cuando se adaptó, en realidad cuando comenzó a ser un mocito se ennovió con Maruja Navarro Albiol y con toda naturalidad, el 16 de octubre de 1953, contrajeron matrimonio en la iglesia de la Sagrada Familia. Tuvieron tres hijos, María Dolores, Juan Manuel (varios años futbolista al servicio del C.D. Castellón) y Carmen Lidón que, con el tiempo, ayudaron al crecimiento de la familia. Así, María Dolores se casó con Paco Giménez, hijo de la famosa cuadra de los Maños, de la calle Poeta Guimerá, donde también hemos visto circular a otros hijos de la casa, como Carlos y el informador deportivo Ricardo, personas muy relacionadas en el Castellón de aquel tiempo.

LA FAMILIA // El nuevo matrimonio entre Manolo y Maruja, también hija de agricultores, comenzaron su vida familiar desde la Ronda Vinatea, cultivando y vendiendo toda clase de hortalizas en el Mercado de Abastos, al tiempo que asumían el abastecimiento al Hospital General, así como de modo especial, a las monjas del Provincial y las de las Carmelitas y de la Consolación, durante tantísimos años. En cuanto a Juan Manuel, hijo, contrajo matrimonio con Gloria Sánchez y tienen también tres hijos, Gloria, otro Manolo y el fallecido Alejandro. Por su parte, Carmen Lidón se casó con un chico austríaco, Dieter, y tienen dos hijas, Laura y Teresa, al tiempo que ejerce en Viena como guía oficial de tipo cultural. Una familia, pues, con muy variados enfoques. Por su parte, Diana Giménez es periodista y también se encuentra ahora en Viena, haciendo cursos de perfeccionamiento. Ricardo es comercial en la Cope y Paco tiene en propiedad el restaurante La Fábrica. Hay una empresa familiar titulada Gilfa. Y entre todos colaboran para la buena marcha de los negocios familiares de los apellidos Gil Albalate.

FRÍO Y NIEVE // En la memoria de los castellonenses ha quedado como un hito la espectacular nevada que cubrió de blanco la ciudad, el 16 de enero de 1946, con la consiguiente catástrofe para el mundo agrícola y en especial naranjero. También el 7 de febrero de 1956, después de varios días con temperaturas bajo cero, se consumó en Castellón una tremenda helada, otra grave contrariedad, donde ‘el llauradoret’ destacó sobremanera en las ayudas a quienes fuera menester. Es verdad que el subsecretario de Comercio y otras autoridades llegaron a Castellón para arbitrar las necesarias ayudas y después vino el ministro de Agricultura, con un grupo de ingenieros del Ministerio, así como, días después, el 7 de mayo, también el ministro de Comercio, ya que no solamente se perdieron las cosechas sino igualmente en muchos casos el arbolado, es decir, la producción de las naranjas, aceitunas, algarrobas…

Lo cierto es que aquellas circunstancias adversas marcaron un cambio de rumbo de nuestra economía provincial. Y varios empresarios procedentes de la agricultura, se decidieron a crear nuevas fuentes de riqueza y trabajo en la industria cerámica.

Son recuerdos de los que forman parte imborrable aquellos sucesos, mientras estuvo con nosotros un personaje entrañable como Manolo ‘el llauradoret’. H