La tradición vinícola de Castellón es longeva y se remonta a época romana. No obstante, la mayor parte de las fincas fueron arrancadas en los años 80, cuando el Gobierno subvencionó su sustitución por otros cultivos. 40 años después, los resistentes y otras bodegas de nueva creación sacan adelante un sector que este año espera producir 600.000 kilos.

Vins de la Terra de Castelló es el nombre de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que ha logrado volver a colocar la viticultura en el mapa. Su secretario, Víctor Bellmunt, explicó que en la actualidad trabajan bajo el paraguas de la IGP un total de 17 bodegas, pero que hay otras tres que están preparando la documentación para su ingreso, de forma que alcanzarán la veintena de empresas «en los próximos meses».

Según el último anuario agrícola de la Generalitat, correspondiente al 2018, en la provincia hay 865 hectáreas cultivadas por unos 130 agricultores. Todos ellos esperan, según Bellmunt, una vendimia «de calidad» gracias a que el verano ha sido seco, lo cual «evita la aparición de humedades que pudren la uva justo antes de la cosecha». En cuanto a la cantidad, la producción rondará los 600.000 kilos, una cifra similar a la del año pasado que, confían desde la IGP, «debería servir para mantener los precios de venta al distribuidor, que rondan los 3,5 euros por botella».

Esta situación es contrapuesta a la que viven otras zonas donde el cultivo de la vid es mayor, como Utiel-Requena, donde la existencia de excedentes del ejercicio anterior está provocando una caída de precios del vino a granel.

PROXIMIDAD // Bellmunt explicó que el 75% del vino que se elabora en Castellón se bebe en la provincia, con un peso importante de la restauración. El otro 25% se lo reparte el consumo nacional (Valencia, Madrid y Barcelona) y unas exportaciones que tienen un comportamiento errático por la escasa producción y la falta de distribuidores potentes pero donde existen experiencias «esperanzadoras». Una de ellas es la Cooperativa Vitivinícola de Cabanes, que este año ha logrado enviar uno de sus productos estrella, el vino espumoso, a Estados Unidos. Otros países donde el sector vende en pequeñas cantidades son China, y algunos estados africanos.