En septiembre es cuando realmente comienza el año. Es el mes donde se produce la vuelta al cole y cuando muchos trabajadores se reincorporan después del periodo vacacional. Un regreso a la rutina que, en muchas ocasiones, va acompañado de un desafío: buscar un nuevo piso.

Los profesionales más jóvenes y los estudiantes universitarios tienen que lidiar con el alquiler de alojamientos antes de comenzar la carrera, que este año se aplaza al 28 de septiembre en la Universitat Jaume I de Castelló (UJI), con un formato de clases semipresenciales --con cámaras para retransmitir las clases--, obligatoriedad del uso de mascarilla y una ventilación constante en el aula, según las últimas directrices de Sanidad.

En lo que respecta a la estancia, este año los alquileres arrojan un reto mayor, dado que los alumnos cruzan un periodo de incertidumbre provocado por la pandemia, en el que los jóvenes que residen fuera de Castellón y tienen que desarrollar sus clases en la Plana se enfrentan a un laberinto académico al que no se han aclimatado del todo .

Un paradigma desdibujado para las casi 12.000 personas que llegan a la ciudad para formarse en estudios superiores. La Universitat Jaume I acogió el pasado curso a un total de 11.349 alumnos de grado, de los cuales más de 7.000 pertenecen a la provincia; más de 3.500, a la Comunitat Valenciana; y cerca de un millar, a otras regiones del país y realizan su cátedra en Castelló.

Si cercamos los datos, en el caso de los másteres que ofrece el centro de estudios superiores, las matriculaciones ascendieron a 1.520 el pasado año, de los que 771 alumnos de la provincia cursaron una especialización en la Jaume I, cerca de 280 llegaron de Valencia y Alicante, y casi medio millar de inscritos derivaron de otras comunidades autónomas.

Reajuste

En este contexto, Castelló cuenta con dos complejos importantes que ofrecen estancias de larga duración al alumnado: La Residencia Universitaria Campus (ubicada en el mismo recinto de la UJI) y la Residencia juvenil Mare de Déu del Lledó, cerca de la plaza del País Valencià.

Dos alojamientos con las plazas cubiertas, o casi, a falta de cerrar el periodo de inscripciones, y que están optando por habitaciones individuales, salvo que se pueda respetar la distancia de seguridad, algo casi imposible .

«Como todavía faltan estudiantes por registrarse, más el añadido de las listas de espera, estamos al 95% de ocupación, pero llenaremos el cupo. Este año ha habido un reseteo, en este caso todas las habitaciones son individuales, con cocina y baño, pero para el comedor y los espacios comunes se decretarán medidas como la fijación de horarios, higiene, distancia y aforos limitados, explicó la responsable del campus universitario de la UJI, Ana Miranda.

Por su parte, la estancia en las dependencias de Mare de Déu del Lledó ya está completa. Las 60 plazas que habilita la residencia cubrieron la demanda al completo a finales del mes de agosto. Eso sí, adiós a los cuartos dobles, que desaparecen --o se reconvierten en habitaciones unipersonales manteniendo los precios-- para este curso 2020/2021 por protección sanitaria.

«Destinamos tres habitaciones a confinamiento por si, en cualquier momento, los estudiantes amanecen con síntomas; de este modo se les aislaría. Como novedad este año deben firmar además una declaración responsable desmintiendo cualquier indicio de covid-19 en los últimos catorce días», destaca Héctor Pitarch, administrativo del centro, donde se establecerá el control periódico de la fiebre a todos los residentes y trabajadores.

Más asesoramiento

En tiempos de pandemia cobran especial importancia las inmobiliarias. Es la lectura que realiza Adrián Leverone, gerente de la compañía AlquilofacilCastellón --con sede en la calle Asensi--, quien asegura que multitud de estudiantes piden asesoramiento para el próximo curso en lo que a alquiler se refiere. «Vienen muchos jóvenes a orientarse, conscientes de la situación que atravesamos, porque no saben muy bien cómo serán los contratos .

Aunque nos corresponde mediar entre caseros e inquilinos, la tónica general es que los arrendadores no están adhiriendo la cláusula covid, que les concierne únicamente a ellos», declara Leverone, un anexo cuyo fin es detallar cómo se actuaría en esta quimera cambiante y esclarecer el mayor número de dudas al respecto.