Que no pare la fiesta. Ese es el lema que recorre cada uno de los rincones del distrito marítimo, que ha vivido un fin de semana colmado de actos festivos en honor a su patrón, Sant Pere.

Los más pequeños tuvieron ayer gran protagonismo, pues se celebró el día infantil, que fue inaugurado de manera oficial por Gal·la Calvo y Lucas Bou, los representantes de los más menudos del Grao. Talleres, actividades y todo tipo de juegos inundaron la plaza Pintor Porcar para hacer las delicias de los cientos de niños y niñas que se acercaron hasta allí. Y, por supuesto, los jóvenes y mayores también tuvieron su propio espacio y disfrutaron de la primera jornada dominicial de estas fiestas que cada año abren el calendario estival.

Aficionados a los bous al carrer venidos desde distintos puntos de la provincia se acercaron para vivir los festejos patronales del Grao como mejor saben: saliendo a la arena y demostrando al público su destreza y valentía ante los astados. Y es que por la mañana se celebró la tradicional entrada y prueba de vacas de la ganadería Fernando Mansilla de Ulldecona, donde los más audaces se midieron ante los morlacos y otros decidieron refugiarse en los cadafales y admirar el espectáculo protegidos, desde la barrera. La esencia taurina volvió a instalarse en el distrito marinero por la tarde, con motivo de la segunda jornada del XXXII Concurso de Ganaderías, que transcurrió sin ningún incidente grave, tal y como confirmaron desde la Comisión Taurina. Y, como ya es tradición, las peñas y grupos de amigos recorrieron las calles, impregnando el centro de color, creatividad y mucha marcha. Una gran exhibición en la que los graueros mostraron toda su imaginación en la creación de originales disfraces que pusieron el toque simpático a esta jornada. Y, todo ello, estuvo bañado por la música, pues el Grao activó el botón on desde bien temprano para asegurar la diversión durante todo el día. Por la tarde, la Peña Taurina apostó por bailar con patines al ritmo de zumba en una jornada denominada Bot i bot i salta y baila, que tuvo lugar en la calle Alcocebre; y, por la noche, fue el turno de los más mayores, quienes disfrutaron del concierto 20 años haciendo música Juan Ramón. Así, la explanada Puerto Azahar se convirtió en el epicentro de los melómanos, que bailar hasta altas horas de la madrugada de la mano de actuaciones de disc jockeys.

LA GRAN NOVEDAD

El Grao acogió, además, el primer festival de cubbá --disciplina fitness donde el baile es el protagonista--, un evento de carácter solidario que contó con la colaboración de la Asociación Andrea Carballo. Hasta el paseo Buenavista se acercaron cientos de personas que, al ritmo de las canciones y con la vista puesta en los tres profesores que condujeron esta masterclass, dieron su mejor versión. No faltó la participación de academias de baile, como Coppelia. Música, gastronomía, diversión y creatividad se fusionaron para crear una atmósfera única en el distrito más marinero.