Burriana comenzó ayer las fiestas patronales en honor a la Mare de Déu de la Misericòrdia. El xupinasso fue el punto de arranque oficial a unas celebraciones multitudinarias que llenarán de fiesta y mucha alegría las calles de la localidad hasta el próximo domingo, 9 de septiembre.

A media tarde comenzaron ya a concentrarse las peñas, especialmente las integradas por los vecinos más jóvenes, en la plaça 9 d’Octubre para iniciar el pasacalle, tras la comisión del toro, las reinas falleras, Judit Pesudo y Ana Giménez, que disfrutaron de lo lindo este acto, y la edila de Fiestas, y el camión que portaba, de una manera simbólica, los astados para las fiestas.

El pasacalle, siempre multitudinario, transcurrió en dirección al Ayuntamiento. A lo largo del camino, los peñistas pidieron agua a la gente asomada en los balcones y en las ventanas. Los vecinos tiraron cubos, otros se emplearon a fondo con mangueras y algunos otros con pistolas al paso de la marea humana.

UNA EXPLOSIÓN DE ALEGRÍA // Al llegar a la plaza del Ayuntamiento, las reinas falleras, que guardaron un protocolo desenfadado, subieron al balcón de la casa consistorial y allí tuvo lugar la explosión de alegría. Fue entonces cuando se disparó el cohete que, oficialmente, marca el inicio a las fiestas. Popularmente conocido como el Esclafit, dio paso a dos mangueras dirigidas por integrantes de la comisión, y a las que rápidamente se sumaron las reinas falleras, que comenzaron a mojar a todos los presentes en la arena de la plaza como símbolo de fiesta por todo lo alto.

Es este un acto sencillo y sin grandes alardes económicos, pero que gusta a los vecinos de la población burrianense y que se mantiene fijo en el arranque de las fiestas patronales de la Misericòrdia a pesar del paso de los años. De hecho, se trata de la iniciativa más popular de la primera jornada de unos festejos en los que las reinas de las fiestas esperan participar al máximo.

Entre los actos más esperados por las máximas representantes, cobrarán especial relevancia el día de patrona, con la Misa Mayor y la procesión vespertina, el de la Batalla de Flors, la guerra de confeti que se librará en la plaza de El Pla, la Carrera y la Tanda. Será el acto que pondrá el punto y final a los festejos.