Los oficios religiosos, con las misas y procesiones, suponen la principal razón de ser de estas fiestas, aunque el patrimonio sacro de Alcalà también tiene un papel especial en estos días. Ejemplo habitual de ello es la celebración de la gran gala de proclamación de las festeras en la plaza de la Iglesia, con la imponente fachada barroca del templo parroquial como fondo.

A este hecho se suma un aniversario muy especial, ya que en este 2016 se cumplen 250 años de la dedicación del templo a San Juan Bautista. Por ello, se han preparado algunas sorpresas.

Las fiestas en Alcalà tienen lugar hasta el 4 de septiembre, aunque inmediatamente después comienzan las celebraciones en Alcossebre. El núcleo costero las vivirá del 7 al 11 del próximo mes, con algunas novedades que ayudarán a reforzar la dinamización de diferentes espacios. H