Ni una, ni dos. Nada menos que tres reinas serán las máximas dignatarias de las fiestas de Sant Jordi. Ellas son Marina Arnau, Carla Esteller y Julia Vericat, reinas, respectivamente, de la Cultura, el Turismo y el Deporte. Juntas forman un triunvirato de lujo que derrocha elegancia, simpatía y belleza. Las tres asumen con ilusión y satisfacción la gran responsabilidad que supone representar a Sant Jordi: «Para nosotras es un honor», confiesan.

Las tres jóvenes tienen experiencia en cargos similares. Julia fue reina de las fiestas el año pasado; y Marina y Carla formaban parte de su corte de damas de honor. «Aunque ya conocemos el protocolo, no podemos evitar estar algo nerviosas porque la noche de la proclamación oficial es muy intensa y emotiva», apuntan, a la vez que aseguran que precisamente esa velada, en la que ellas son las auténticas protagonistas, es su preferida, si bien «todos los actos que se han organizado están muy bien» y aprovechan «para invitar a todo el mundo a que venga a Sant Jordi porque la diversión está asegurada».

«Para nosotras, y por todo lo que conlleva, la gala de proclamación es una noche mágica e inolvidable, y cada año es diferente, más en esta ocasión en que somos tres reinas», explican.

alfombra roja / Y como reinas desfilarán mañana por la alfombra roja que las llevará al escenario donde serán coronadas, mientras, a su paso, la Asociación Musical Sant Jordi interpretará piezas personalizadas para cada una. «El acompañamiento musical se ha convertido ya en una tradición y cada una hemos escogido una obra a nuestro gusto pero que creemos también agradará al público», apuntan, aunque, por el momento, las tres prefieren mantener en secreto todo cuanto rodea a la gala.

Otra incógnita es cómo serán los trajes que lucirán para la ocasión. «Lo mejor es que vengan a ver el acto, que seguro que les encantará porque, además de que se prepara con mucho cariño, se realiza en un escenario que es el emblema de Sant Jordi, bajo en arco de triunfo de los Hermanos Barberá, que está en una de las entradas del pueblo, y qué mejor forma para dar a todos la bienvenida a nuestras fiestas que de forma simbólica», concluyen.