Color, buen ambiente, cuidada ironía y muchas ganas de pasarlo bien. Todos estos fueron los ingredientes que se dieron cita en las calles de Vila-real en la tradicional Cavalcada de Festes, que cumplió, con la de ayer, 54 ediciones. En esta ocasión, debido al partido que enfrentó al Villarreal CF y al Deportivo de la Coruña en el Estadio de la Cerámica --a las 20.00 horas-- el desfile se avanzó y arrancó a las 17.00 horas.

El colectivo de Tir i Arrossegament de Vila-real, con su guiño al presidente americano Donald Trump, se encargó de abrir el evento en el que tomaron parte activa más de 1.000 personas, según la Comissió de Penyes. Tampoco faltaron críticas al abandono de enseres en la vía pública, como colchones o muebles (Puche a les Sis i Mitja) o la dificultad que supone reciclar en algunos momentos al encontrarse llenos los contenedores (La Ratonera).

El reformado campo de fútbol, el Estadio de la Cerámica, también estuvo presente. En él se fijaron tanto La Samfaina, que destacó el ataque de los mosquitos en las inmediaciones del campo, como La Xiscla y La Moixaina, que unieron fuerzas en una única carroza. Una de las más vistosas fue la de la peña Xe quin fum fa, quienes aludieron a la delicada situación del sector citrícola local. En concreto, su propuesta criticaba el creciente abandono de tierras en el término municipal por los bajos precios de la fruta.

VEINTE CARROZAS

En total, y a pesar del calor, una veintena de carrozas desfilaron por las avenidas Francesc Tàrrega, La Murà y Pius XII. Algunas de las peñas participantes compartieron plataforma y otras desfilaron a pie. Charangas, teatro de calle y grupos de danza completaron el desfile festivo de Sant Pasqual.