La Flor Natural se queda este año en Nules, porque ha sido una hija de la localidad la ganadora del premio, pero no siempre es así. Un buen ejemplo de lo lejos que puede llegar un galardón que cultiva la lengua como razón de ser fue el del año pasado, cuando fue un poeta de Esplugues de Llobregat, José Luis García Herrera, quien ganó esta distinción dotada con 2.500 euros en metálico.

Ayer volvió a Nules, esta vez para presentar el libro con su obra Dolç àngel de la mort, como es costumbre. Acompañado por la reina de la Vila, Jèssica Gozalbo, y las autoridades municipales, García Herrera tuvo la oportunidad de leer alguno de los poemas que componen una publicación que ya puede adquirirse y que engrosará una importante colección de libros de poemas que han nacido de los Jocs Florals de Nules.

Como ha sucedido este año, no es la primera vez que el ganador de la Flor Natural 2018 se hace con este galardón. Ya lo logró en el 2016 con El cor del violí. De su currículum cabe destacar que es técnico químico-alimentario, una profesión muy técnica que complementa con su faceta más creativa como poeta, narrador y crítico literario. Fue director de la revista El juglar y la luna y miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía en Barcelona, además de fundador de los Premios Ciutat de Sant Andreu de la Barca. Cuenta con una veintena de libros de poesía, a los que se suma el presentado ayer.