El tiempo volverá a deternerse en el casco antiguo de Peñíscola durante los dos días volcados en la patrona. Como manda la costumbre, las fechas del 8 y el 9 de septiembre están marcadas de manera especial por familias enteras, con su participación activa en los eventos religiosos, procesiones, actuaciones de danzas típicas, o en la actuación del Grup de la Dansa Batalla de Moros i Cristians. Las tradiciones han logrado transmitirse durante generaciones, y gracias a ello estas celebraciones cuentan con la denominación de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

El sonido de las campanas al vuelo será el complemento a la presencia de los dansants, llauradores y cavallets. Los integrantes de estos grupos han estado ensayando durante las últimas semanas, con el fin de rendir su particular tributo a la patrona y conseguir la admiración de los asistentes que llenarán la plaza de Armas en el transcurso de las actuaciones. Uno de los momentos más esperados será la interpretación de la loa, en la que un dansant se subirá a una torre humana de tres pisos para dirigirse al templo de la patrona. La banda de música y la gente que toca la dulzaina y el tambor completan un espectáculo de visión obligatoria para todos aquellos que se acerquen a Peñíscola en estos días.

Las tardes de los días grandes se completan con los moros i cristians, que con su combinación de luchas coreografiadas y textos recitados arrancan las últimas emociones de los espectadores. A todo ello se suman las misas solemnes de la mañana, las últimas sesiones del novenario a la Ermitana, y las procesiones por el núcleo histórico, acompañadas de cientos de personas.

DIVERSIÓN / Tras el fin de semana llegará la vertiente más lúdica del programa, con los actos taurinos y los días dedicados a colectivos representativos, como la gente mayor, las amas de casa, los turistas o entidades deportivas.