Sant Joan de Moró celebró ayer la jornada más importante, desde el punto de vista religioso y devocional, de cuantas se incluyen en el programa festivo en honor a Sant Joan Baptista. De hecho, la totalidad de los actos celebrados giraron en torno a su figura, constatando así la relevancia que tiene para todos los vecinos.

El centro parroquial del municipio presentó la mejor de sus imágenes para recibir a una multitud de moroneros, que no quisieron faltar a la misa concelebrada y cantada por la rondalla de la localidad. Durante la eucaristía, los feligreses «pidieron la intercesión del patrón para gozar de salud, trabajo y felicidad, en un ritual que se repite año tras año», tal y como destacaron a su conclusión fuentes municipales.

SANT JOAN Y SANT VICENT / Aunque el momento culminante se produjo en la procesión de la imagen del patrón por las calles de esta localidad, junto a la de Sant Vicent, como manda la tradición. Y es que los vecinos «devocionan de manera intensa a lo largo de todo el año» a ambos personajes sacros, sin distinción.

El alcalde de Sant Joan de Moró, Vicente Pallarés, presidió el desfile, como es costumbre, acompañado por el resto de miembros de la corporación municipal y autoridades, todos escoltados por los músicos de la Banda Municipal.

Al finalizar este acto llegó un momento mucho más lúdico. Cuantas personas lo desearon, se trasladaron hasta el edificio polifuncional, donde degustaron horchata y fartons. Desde el Ayuntamiento se quiso destacar de manera especial «el papel clave» que, año tras año, realizan las integrantes de la Asociación de Amas de Casa La Purísima, porque fueron ellas las que garantizaron el normal desarrollo de esta parte de la celebración, al repartir el refresco con fluidez.

El mejor aderezo para el fin de fiestas del día grande del municnipio fue la exhibición de diversos bailes tradicionales, a cargo del Grup de Danses l’Ermita.

Las expresiones religiosas se complementaron con propuestas culturales. Por un lado, se inauguró en el Ayuntamiento la exposición de las socios de La Purísima. Los más mayores tuvieron su espacio particular con el concurso de birles i canuts, patrocinado por la Cooperativa Agrícola.