Por la historia de cualquier club de fútbol que se precie pasan jugadores notables, técnicos relevantes y dirigentes destacados. Es más difícil, eso sí, que en una sola persona se aglutinen dos de estas tres facetas, y prácticamente imposible que se consiga con solo 34 años. Dealbert es por tanto un rara avis en este deporte, por suerte para un Castellón que podría disfrutarle en un futuro, por qué no, en la única gran parcela que le queda por probar, la de entrenador. El actual futbolista y accionista abre las puertas a esta opción, y tanto en Castalia como en su casa saben que si hay alguien que puede lograr lo que se propone, ese es Ángel Dealbert.

--Este verano no fuiste a la India, dejando escapar así mucho dinero, para jugar en el Castellón. ¿Te has arrepentido alguna vez?

--Nunca. El mercado allí acababa más tarde, pero no quería hacer esperar al club para que no tuvieran que firmar un defensa a última hora, así que decidí rápido. No me he arrepentido nunca y estoy orgulloso de haber podido ayudar a sofocar el incendio poco a poco con mi aportación.

--Seguro que muchos familiares y amigos te dijeron cuando conocieron tu entrada en el Castellón que si sabías dónde te metías...

--Al principio solo mi mujer sabía que estaba negociando, y siempre me apoyó. Cuando se hizo público sí que me llegaban muchos comentarios de dónde iba, que me apoyaban, pero que era muy arriesgado aportar ahí mi dinero. Al final fue una decisión mía.

--¿Qué fue lo que te convenció?

--Que lo hacía con gente como Jordi Bruixola, Vicente Montesinos, Pablo Hernández, Pepe Mascarell o Javier Heredia. No era fácil porque soy una persona conocida y la responsabilidad era grande, pero teníamos la motivación de sacar al club adelante en un momento en el que nadie quería entrar ni poner dinero de verdad. Sabíamos cuál era la situación y tampoco entrábamos a ciegas.

--¿Quién fue el primero que contactó contigo y con Pablo Hernández para entrar en el club?

--Jordi fue quien me comentó la posibilidad hace ya mucho tiempo. Ni siquiera había entrado todavía en el Castellón. Después, mi opinión personal es que Cruz le engañó, pero su entrada sirvió para que él y Javier vieran desde dentro cómo estaba el Castellón. De ese trabajo que hicieron pudimos después estudiar las posibilidades, y no nos equivocamos. Son gente muy trabajadora. A Jordi le conocía de mi etapa en el Valencia y tanto yo como Pablo sabíamos que nos podíamos fiar. A Pepe —Mascarell— le fui conociendo y me dio también buenas sensaciones, de gente que iba a aportar ilusión, trabajo y gestión.

--¿Los problemas eran mayores de lo que pensabais al principio?

--Teníamos una ligera idea, pero cada día salían cosas nuevas. El tema de pagos lo han llevado sobre todo Vicente y Carlos Montesinos y cada día le llamaba algún proveedor nueva. Al principio tienes una perspectiva, pero después tienes que multiplicar por dos esas previsiones.

--Una vez enderezado el rumbo del club, ¿han recibido muchas ofertas de inversores antes que la de José Miguel Garrido?

--Sí habíamos hablado con gente interesada tanto a nivel nacional como del extranjero. Al principio nadie te llamaba para nada, pero después del trabajo que hemos realizado todo este tiempo en márketing y otras parcelas, y de la respuesta de la afición, la situación ya era bien distinta.

--¿Entre todas esas llamadas estaba la de alguien de Castellón?

--No, de aquí nadie se ha interesado. Antes de entrar nosotros hablamos con posibles inversores de la provincia para entrar con nosotros, pero no se dio. Creo que la gente valora que muchos de los que entramos somos de aquí y hemos cumplido con lo que dijimos al principio, cerrando una ampliación de capital a la que acudimos para beneficiar al Castellón y no ganar nosotros.

--¿Qué aportará ahora Garrido al proyecto del Castellón?

--Es una persona muy contrastada y tuvimos la suerte de que se fijara en este club. Nos dará sobre todo estabilidad económica, sabe lo que hace y tiene muy claro lo que quiere: pelearemos a muerte todos de la mano para llevar al Castellón al fútbol profesional lo antes posible. De hecho, uno de los grandes problemas que teníamos era la deuda con Hacienda, que había que pagarla sí o sí, y ahora respiraremos mejor.

--¿Conocías a Garrido antes de que mostrara este interés?

--Coincidimos cuando él estaba en el Albacete de presidente y yo en el Lugo como jugador, pero más allá de eso, tenemos claro que es alguien muy serio. Cuando llegó al Albacete tenía una deuda tres veces mayor a la del Castellón y se marchó dejándolo con deuda cero y en Segunda División A.

--¿Tienes claro que si las cosas se tuercen, todo lo que ahora son elogios después serán críticas?

--Sé lo que es el fútbol, pero tengo la conciencia muy tranquila. Hemos hecho una apuesta muy elevado y estoy muy contento por la decisión que tomé, pero si la cosa va mal aceptaré las críticas.

--Una de las asignaturas pendientes es la relación que se mantiene con el Ayuntamiento, que es cuanto menos mejorable.

--El tema no es fácil y lo respeto, pero tengo claro que al final iremos de la mano segurísimo y espero que ese momento llegue pronto, porque el Castellón necesita de Ayuntamiento o Diputación, pero también ellos nos necesitan a nosotros. Lo más importante es que Castalia mejore de cara al play-off, que estoy seguro de que se podrá hacer en breve.

--Cambiando de tercio, ¿esperabas contar con 13.000 socios?

--No lo podíamos imaginar. Lo de esta afición es extraordinario, estás en Tercera, vienes de donde vienes, y llegar a estas cifras es histórico. No hay palabras para definirlo, pero sabemos cómo se lo tenemos que agradecer, que es ascendiendo por ellos.

--Hablando de subir, Sergi Escobar confesaba que si se ascendía estaba dispuesto a subir descalzo la Magdalena. ¿Y Dealbert?

--¡Yo le acompaño descalzo donde haga falta! Todavía habrá que sufrir mucho porque los equipos de arriba es difícil que pierdan, pero vamos por el buen camino.

--¿Se podrá acabar como líder?

--Tengo claro que estará reñido hasta el final y que hay un Castellón-Orihuela que puede ser el primer partido de play-off, pero ahora vienen dos partidos clave en Castalia que hay que ganar.

--¿Te ves en el fútbol profesional jugando en el Castellón?

--No dependerá de mí, sino del entrenador que esté en ese momento. Ahora me encuentro bien físicamente y siempre intentaré ayudar en todo lo que pueda, y más.

--Y en el futuro, ¿te gustaría más entrenar o presidir al Castellón?

--Me veo más como entrenador. Tengo el título y es algo que quiero hacer; ya habrá tiempo.