Sergi Escobar saca punta a su pizarra para ajustar a su equipo, que el próximo domingo, a las seis de la tarde en Castalia, lo tiene todo a su favor frente al Tropezón, amparado en el 1-1 de la ida, para certificar su presencia, el lunes, en el bombo de la federación española en Las Rozas, donde su suerte quedaría ligada a un nuevo rival.

En este tipo de trances, por mucha información que acabes teniendo del rival, siempre hay margen para la sorpresa. Lo demostró el Tropezón en la ida, jugando la tradicional baza del terreno de juego, atípico en el contexto nacional. No por la hierba artificial, sino porque el relleno, el habitual caucho, ha sido sustituido por la fibra de coco, con lo que se asemeja más a uno de hierba natural. El Castellón sabía que si llovía, aquello iba a ser como barro, pero salió un domingo soleado y hasta caluroso en Cantabria, con lo que el recurso del equipo local fue regarlo, convirtiendo algunas zonas en impracticable, no por ese barro, sino por un exceso de agua.

EL BALÓN PARADO

A los albinegros les costó ser ellos mismos durante la primera parte. El problema es que cuando mejor estaban en la segunda parte, llegó el 1-0 en una acción aislada, en otro de los poderes del Tropezón: la estrategia. Álex Díaz lo tuvo todo de cara para cabecear libre de marcaje y poner la eliminatoria cuesta arriba, que Iván Sales no solamente enderezó, sino que, al final, decantó ligeramente en favor de los orelluts.

En 48 horas, lo que en Tanos fueron adversidades, ahora serán puntos a favor. El Castellón juega en su casa, con lo que eso significa en el aspecto psicológico (el aliento de más de 10.000 espectadores), sino porque lo hace en un terreno de juego en buenas condiciones y, sobre todo, con unas dimensiones a las que el Tropezón no está acostumbrado. No resulta un aspecto sin importancia, teniendo en cuenta las edades, por ejemplo, de los centrocampistas taniegos: Luis González, Víctor Sánchez o Iván Zarandona están por encima de los 35 años. Ya se vio, en la ida, que el partido se le hizo largo al Tropezón, así que las consignas de Escobar no solamente pasan por tener el balón, sino por una circulación rápida, con el fin de desgastar al adversario.

Y, ADEMÁS, NUHA

Otro de los factores decisivos pasa por la definición cara a puerta. En el tramo final de la temporada, David Cubillas y Cristian Herrera han perdido algo de la efectividad que les ha conducido a terminar, la campaña regular, con 20 tantos cada uno. Por si fuera poco, Nuha Marong ahora está en la recámara, elemento diferencial respecto al primer asalto del cara a cara.

El Castellón ya se ha aprendido la teoría. El domingo es el turno de pasar el examen práctico que, a fin de cuentas, es lo que da o no la nota para pasar.