La próxima temporada, el estadio Castalia disfrutará de nuevo del fútbol para el que fue concebido. El fútbol profesional aguarda a la afición albinegra después de diez años de ausencia. Ayer, una delegación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) visitó Castalia para examinar las instalaciones. Lo hizo junto a representantes del CD Castellón, con el director general Jordi Bruixola a la cabeza, y del Ayuntamiento de Castelló, con el teniente alcalde Rafa Simó y el edil de Deportes Omar Braina. La conclusión es que hay mucho trabajo adelantado gracias a las mejoras de los últimos años y que el estadio estará listo para la primera jornada de la próxima Liga, cuyo comienzo está previsto, si el coronavirus lo permite, para el fin de semana del 11 al 13 de septiembre.

Con el ascenso a Segunda, el Castellón entra en otro mundo. Atrás deja las ligas menores y el fútbol semiprofesional. La principal vía de ingresos del club pasarán a ser los derechos televisivos, que aportarán a las arcas albinegras unos seis millones de euros. Por este motivo, algunas de las principales reformas a realizar vienen motivadas por este ámbito, como plataformas para las cámaras. También entra en escena la instalación de la tecnología necesaria para el videoarbitraje.

Por fortuna, en algunos aspectos, el Castellón se comportaba como un club profesional antes de tocar categoría profesional. Por ejemplo, la exigencia de la Liga de Fútbol Profesional de respetar una coherencia cromática en los asientos y en las vallas del estadio (blanco y negro en este caso) se venía cumpliendo temporadas atrás. También hay trabajo adelantado gracias a los 1,2 millones de euros que invirtió el Ayuntamiento en el estadio municipal, mejorando recientemente la iluminación, reparando las gradas de los dos Goles (Norte y Sur) y reformando los aseos y la zona de movilidad reducida.

El césped // Además, la Liga exige otras mejoras, y para algunas de ellas concede cierta flexibilidad en el tiempo (cuya duración conocerá el club al recibir el informe definitivo de los técnicos). En el campo, la LFP hace hincapié en el buen estado que debe presentar siempre el terreno de juego. En las gradas, hay que instalar asientos en las zonas centrales de los goles bajos, en la parte central donde no los había; y adaptar los controles de acceso para los días de partido. En definitiva, nada que el club orellut y el Ayuntamiento de la capital de la Plana, que subrayan «la buena sintonía» mutua, no puedan cumplir antes de que el vistoso balón oficial de la Liga, que ayer conoció su nueva casa, eche a rodar en septiembre en Castalia.