Cuatro partidos lleva jugados Rafa Gálvez, los cuatro hasta la fecha. Aunque, eso sí, todos en la segunda parte, todos en un movimiento que la afición ya conoce. Cuando se apresta a salir, el cartel que acompaña a su número 16, en color verdes, es el 19 (en rojo) de Josep Calavera. El cordobés ha creado una empresa, Rafa Gálvez SA, que pone al servicio primero de Óscar Cano y, por extensión, del CD Castellón.

Y atención, porque el Castellón es el equipo que más ha mejorado su resultado en los 20 minutos finales, cuando Gálvez ya está en su papel. Tres puntos más, gracias al empate in extremis de Paco Regalón frente al Mestalla y al 1-0 de Rubén Díez, el pasado domingo, contra el Olot.

En la Nova Creu Alta, el cambio llegó en el minuto 79, cuando, pese a que los albinegros manejan un 0-2, más achuchaban los arlequinados. En cuanto Gálvez entró, el Sabadell prácticamente desapareció... y el Castellón mantuvo el marcador, sin más.

DEL 1-2 AL EMPATE

Muy diferente fue el siguiente encuentro. Entonces, el Mestalla ganaba en Castalia (1-2), en un partido de ida y vuelta excesivamente peligroso para los locales. El filial del Valencia tuvo un par de ocasiones para el 1-3, pero Cano cambió los registros del Castellón, que convirtió el desenlace en un encuentro de una sola dirección para en el descuento, en una acción a balón parado, evitar la derrota.

La irrupción del cordobés en el Camilo Cano fue prácticamente idéntica a las de las dos primeras jornadas. El bombardeo del La Nucía era mucho más acusado, así que los orelluts aguantaban a duras penas el empate. Con el 16 en juego, el encuentro cambió, aunque aún hubo que sufrir en las últimas acometidas locales.

Como en Sabadell, el entrenador granadino recurrió a Gálvez para conservar un marcador. Es cierto que cuando salió al terreno de juego, faltaban pocos minutos (siete y la prolongación) y el Olot ya no daba tantos sobresaltos como hasta el tanto de Rubén Díez pero, de nuevo, ahí estuvo él para hacer raya en la medular.

Titularísimo la pasada temporada, el problema muscular que sufrió a principios de agosto, por el cual se perdió prácticamente el último mes de la pretemporada, le descabalgó del once en la primera jornada. La apuesta por Carles Salvador y Josep Calavera, junto a las buenas sensaciones colectivas, han relegado a Gálvez a una especie de jugador número 12 (aunque, en conjunto, apenas ha coincidido una hora y poco más sobre el césped; lejos de los 2.798 minutos totales del pasado ejercicio, distribuidos en 34 apariciones, siempre desde el principio menos en un encuentro), que aporta unas soluciones distintas y que, ahí están los resultados, produce beneficios.