Jornada 28 y el CD Castellón solo ha ganado tres partidos de Liga. Solo quedan 10 para el final y hay que recortar cuatro puntos. La distancia con la permanencia es lo que menos me preocupa. Es factible conseguirlo. Cuestión distinta es lo que transmite el equipo. Un fútbol insulso de pases horizontales que aburren y nunca conducen a nada. No existe gen competitivo en absoluto. Ayer por la mañana era complicado mantener la serenidad viendo las caras de decepción de los aficionados albinegros que estuvieron en la Ciudad Deportiva del Valencia. Con ellos, desgraciadamente no basta para salvar la categoría. El miedo del descenso es real, aunque todavía restan 30 puntos en juego y hay que lucharlos hasta el final.

Pero es necesaria una catarsis. Óscar Cano, el entrenador del conjunto albinegro, debe cambiar totalmente el estilo o morirá con él. Se lo dijeron ayer en el vestuario de la Ciudad Deportiva y está obligado a tomar nota. Con esa idea el Castellón se muere lentamente. Pero como escribía la semana pasada, los jugadores son los artistas principales y ahora el miedo y la presión les puede.

Estoy seguro de que estos futbolistas no son tan malos como ahora parecen, pero en este momento les tiemblan las piernas y su cabeza no traduce las órdenes correctas. Por ello, si no se puede ganar tocando el balón 200 veces en horizontal, sin apenas verticalidad, sin generar apenas un par de tiros entre los tres palos, habrá que variar la idea y organizar un fútbol mucho más directo.

Cuando han pasado tres entrenadores por el banquillo es complicado apuntar solo al técnico. Pero lo cierto es que los tumbos que se han dado a la hora de elegir el perfil desconciertan y obligan a pensar que no ha existido coherencia. No me gustaron las declaraciones de Óscar Cano. El líder debe ser el primero en transmitir optimismo y positivismo, y decir que si no se han ganado tres partidos en 28 jornadas, ve complicado que se sumen cinco triunfos en 10, suena a tirar la toalla y es como para mandarle a casa. También le ha superado la presión a Cano y es grave cuando se trata del máximo responsable. Desde luego yo no la tiro, ni los 14.000 abonados albinegros ni nadie que sienta al Castellón debe hacerlo. Si Óscar Cano no cree... los demás sí.

Y hoy me acuerdo más que nunca de mi amigo Chencho. Cuando era un adolescente, me emocionaba escuchándole. Cuando empecé en esta profesión, aprendía en esas comidas entrañables que me regalaba él con su compañía. Nunca las olvidaré. Ni tampoco la despedida de sus programas vespertinos, siempre con una afamada frase: «Y el Castellón sigue adelante». Por supuesto que sí, maestro. Yo creo. PPO

LA EFICACIA DE LA DECISIÓN DE ROIG EN EL VILLARREAL

Tomar decisiones nunca es fácil, pero si son arriesgadas lo es menos, más cuando el tiempo apremia, el futuro del club está en juego y cuando tu apuesta puede resultar probablemente muy impopular. El 29 de enero, hace poco más de un mes, Fernando Roig tomaba la decisión, bajo su total responsabilidad, de recuperar a Javi Calleja. A muchos les sonó ridículo, otros pensaron que se había vuelto loco y en esta oportunidad yo pensé que era lo más sensato.

En aquel momento, el Villarreal estaba a cinco puntos del descenso y hoy está un punto por encima del mismo y acaricia los cuartos de final de la Europa League si el jueves hace bueno el 1-3 de San Petersburgo ante el Zenit. El subidón de ayer, en el Ciutat de València, me recuerda mucho a aquella victoria clave en Alcorcón, con la que se cimentó el ascenso a Primera División. Vi a mucha gente llorar de emoción, compañeros y aficionados. Ha sido un año muy malo para el Submarino. Se han cometido muchos errores y pienso que en el club se debe recuperar la humildad y la cercanía con la gente, pero son tantas las cosas buenas, que el Villarreal no merece tanto castigo.

Todavía queda mucho camino para lograr el objetivo de la permanencia y acudir al brindis con José Manuel Llaneza y Fernando Roig, pero ahora lo veo más claro, aunque yo siempre vi la botella medio llena, como me enseñó mi madre.

En este mundo en el que vivimos, en pleno siglo XXI, sobran influencers y faltan referentes. El Villarreal CF tiene uno muy grande: Fernando Roig. Aprendan a sufrir, pero también a disfrutar. ¡Endavant!

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@josellizarraga