Sergi Escobar es un tipo dicharachero al que su impresionante racha (42 puntos de 51 posibles) ha ensanchado la sonrisa. Sin embargo, es apretar el botón de la grabadora y su rictus se transforma, serio al máximo, como si diese la rueda de prensa jugándose el cargo. Entonces, es difícil arrancarle un titular, esa declaración con que sueña todo periodista para salvar la página. Acabada su intervención, vuelve a adoptar ese talante de proximidad.

El liderato no le ha cambiado. Ni sus formas ni sus rutinas. Asegura que esta ha sido una semana normal, como las que precedieron a completar la escalada completa hacia la cima de la clasificación. No obstante, deja un resquicio, algo más allá del partido a partido, instalado como mantra en cualquier vestuario, ya sea top o de categoría regional.

El almazorense divide las nueve jornadas restantes en tres trípticos, que van más allá del nuevo parón que afrontarán: 10 días entre la visita al Paiporta de este domingo y el encuentro del 4 de abril (miércoles) frente al Silla en Castalia. Escobar incluye en esta primera secuencia de tres el desplazamiento a Xàtiva (8 de abril). El segundo bloque corresponde a los tres compromisos encadenados en Castalia, en ocho días (15, 18 y 22 del mes que viene, contra Novelda, Borriol y Recambios Colón), antes de subir el nivel en el epílogo de la liga regular: partido en La Nucía (29 de abril), visita del Orihuela (6 de mayo) y última jornada en Alzira (13 de mayo).

Con tres puntos sobre el Atlético Levante y cuatro con el Orihuela, Escobar esgrime que «las cuentas que te haces, son, en estos tres próximos partidos, sumar al menos seis puntos, lo que nos mantendría arriba». «Luego habría que sacar los tres de casa, como lo estamos haciendo --alude a los ocho triunfos consecutivos-- y así llegaríamos a la recta final de tres partidos en primera posición», certifica. Siempre, claro está, contemplando el peor escenario: que azulgranas y escorpiones fueran capaces del pleno.

SIN EUFORIA // El entrenador insiste en que «ha sido una semana más, con la celebración del momento pero concienciándonos de que queda lo más difícil». «El trabajo ha sido el mismo, porque pese a toda la euforia que envuelve al club, la plantilla y el cuerpo técnico nos hemos abstraído», matiza. «Claro que estamos contentos y trabajando a gusto, como en las semanas anteriores, pero los aspectos externos no nos tienen que afectar», recalca.

Así que relajación, nada. «El partido del domingo es como todos, una final. Será complicado, porque el rival se juega la vida y basa su salvación en casa», indica. «Nosotros nos jugamos mantener el liderato, pero ellos el no bajar», reitera Escobar.

Añade que son conscientes de que «el terreno de juego no es el mejor», en alusión a que es de hierba artificial y a su tamaño (102x65 metros). «El partido será como el de Almassora, Buñol o Ibi», compara el técnico, que contempla que el Paiporta «juegue incluso con cinco defensas y dos puntas, Óscar Pozo y Cristian Contreras, que son muy guerreros y van mucho al choque». «Deberemos transformarnos y poner la misma intensidad; si no, lo tendremos difícil para sacar los tres puntos», conciencia Escobar, que alude a que deberán ser «más directos» en un «partido duro de poder a poder». Pero recuerda: «Hemos basado nuestra remontada frente a equipos de la zona media y baja, ante los que hemos sumado casi todos los puntos, esa ha sido nuestra clave».

Y, claro, huelga decir que con variaciones significativas. «Jugaremos como en las últimas jornadas, con algunos cambios», dice. «Sorpresas no habrá, pero puede haber hasta cuatro cambios, por la superficie, las rotaciones que pienso hacer hasta el momento decisivo, cuando igual el once sí está más definido...», asevera. H