Íñigo Muñoz fue una de las sorpresas agradables en el último encuentro del CD Castellón. Aunque en principio no entraba en las quinielas para ocupar una plaza de titular ante el Espanyol B, el jugador formado en Lezama salió desde el inicio y aportó desborde —en la primera parte— y trabajo —en las fases de mayor agobio del filial periquito— en los 80 minutos que estuvo sobre el campo.

«Puede ser que en la segunda parte haya notado el desgaste. Equipos como el Espanyol B son capaces de meterte atrás y hay que implicarse defensivamente», apunta el centrocampista sobre su actuación personal en un encuentro que permitió a los de Óscar Cano «borrar las malas sensaciones» que dejó la derrota en la última salida del equipo, el 1-0 en Olot. «Después de un resultado adverso afrontamos la semana con el deseo de seguir mirando hacia adelante y creo que conseguimos dejar una buena imagen», señala el jugador vasco.

Íñigo Muñoz compartió medular con uno de los últimos fichajes de la entidad, Kako, que dejó evidencias de que aún debe seguir con su proceso de adaptación al grupo. «Es normal que la adaptación cueste un poco, como me costó a mí cuando llegué el pasado verano», dice Íñigo sobre el proceso que están siguiendo los cuatro nuevos refuerzos —además de Kako, Juanto, Carro y Lapeña— en estas últimas semanas. «Tienen que ir conociendo cada vez a los nuevos compañeros y compenetrándose cada vez mejor con ellos», analiza un Íñigo que desveló quien fue el futbolista más abrazado en el vestuario albinegro tras el choque ante el Espanyol B: «A Álvaro [Campos] le hemos felicitado todos porque fue decisivo».