De vuelta a la Segunda A, el CD Castellón se va a encontrar un complejo paisaje para reforzar la plantilla cara a la próxima temporada. Los condicionantes del mercado serán variados, desde el control financiero de LaLiga a la mayor capacidad económica de otros clubs, pasando por el parón por la pandemia del covid-19 que alargó la temporada hasta los pies de agosto, con los albinegros pendientes de subir o no de categoría. Con estos elementos, y en una categoría sin filiales, el entrenador, Óscar Cano, miembro también de la comisión deportiva, abre la puerta a las cesiones, advirtiendo, eso sí, que «muchas» serían «peligrosas».

«Nuestro mercado es limitado», avisa Cano cara a la próxima campaña. «Las cesiones son un recurso interesante, pero, antes de traer a nadie, quiero mirarle a los ojos y ver que ese jugador estará verdaderamente comprometido con el equipo», explica. El técnico orellut pone como ejemplos proyectos recientes como el Deportivo, o el Granada años atrás, con cedidos de gran nivel que, por una cosa u otra, no terminaron de acoplarse en lo colectivo. «Por eso pueden ser peligrosas, si los jugadores llega un punto que piensan más en lo individual», advierte.

EL ESCENARIO

Así las cosas, sí a las cesiones, pero no de cualquier manera. La ausencia de equipos filiales en Segunda A puede facilitar la tarea del Castellón. El Barcelona B fue el que más cerca estuvo de subir, pero perdió la final contra el Sabadell. Todos los equipos punteros de Primera tienen al filial como máximo en Segunda B, por lo que les puede convenir ceder a determinados futbolistas a una categoría superior. La buena relación del Castellón con varios de estos conjuntos ayuda en este aspecto.

DE IDA Y VUELTA

De hecho, el curso pasado el Castellón ya se reforzó de esta manera: con el delantero Raúl Alcaina, cedido por el Levante; y los centrocampistas Kako (Numancia) y Mikel Carro (Atlético de Madrid). Por el contrario, prestó al defensa Carlos Delgado, que volverá al equipo albinegro tras su estancia en la India; y al delantero Jairo Cárcaba, que tendrá difícil continuar tras jugar a préstamo en el Barakaldo.

Con todo, el club tiene faena adelantada. En muchos casos se ha trabajado con un plan A y un plan B, dependiendo de si había o no había ascenso. Algunos fichajes se ajustan también a un doble juego. Las 25 fichas de las plantillas en Segunda A posibilitan un margen de maniobra mayor en la configuración del proyecto. Es el caso del centrocampista Jesús Carrillo, que se ajustaba tanto a la Segunda B («donde sería un fichaje top», en palabras de Cano), como a la Segunda A, donde puede mostrar su proyección de futuro.