Ya lo ha dicho, por activa y por pasiva, Óscar Cano: quiere jugadores cedidos por la limitación presupuestaria, de tiempo y otros condicionantes a los que se enfrenta el CD Castellón debido a su tardío aterrizaje en la Segunda A, pero ni muchos a préstamo ni aquellos futbolistas que no demuestren compromiso. Y, en este sentido, ¿qué hay mejor que lo que uno ya conoce? De ahí que el entrenador granadino suspire por el regreso de Josep Calavera a Castalia, en vista del sobresaliente rendimiento que dio hasta que en enero se marchó seducido por el Atlético de Madrid y, a la vez, del escaso protagonismo que el mediocentro tarraconense ha tenido en el filial rojiblanco.

Cano se cansó de repetir que Calavera no solo era un jugador top de Segunda B, sino que, por su proyección (20 años), lo veía haciendo carrera incluso en una categoría superior. Llegó la ventana del mercado invernal y ahí llegó el Atlético, quien no tuvo reparos en abonar la cláusula de rescisión para llevarse al tarraconense, con vistas al ascenso a Segunda A. El abrazo que el entrenador granadino le dio después de sustituirlo frente al La Nucía, después de otro excelente encuentro y ante un Castalia entregado, fue una de las imágenes de la temporada.

CAMBIO BRUSCO

El caso es que Calavera pasó de ser indiscutible en el Castellón (1.677 minutos en 21 encuentros), a menguar de forma increíble con los colchoneros: 90 minutos el 9 de febrero ante el Rayo Majadahonda, 52 seis días después frente al San Sebastián de los Reyes y 65 el 8 de marzo contra el Racing de Ferrol (207 minutos en total), antes de la irrupción del coronavirus, el confinamiento y todo lo que ustedes ya saben.

Su técnico, Nacho Fernándz, tampoco lo tuvo en cuenta en la primera ronda de los play-off (el Sabadell eliminó por penaltis al Atlético B), ni siquiera a la hora de introducir los cinco cambios permitidos, lo que complicaría que Calavera, que firmó hasta junio del 2022, continuase de colchonero.

El Castellón no ha movido ficha todavía, aún en fase de recopilación de informes y dosieres sobre lo que le hace falta, lo que puede aspirar... Propuestas no le van a faltar al de Cabra del Camp, pero los albinegros quieren explotar otra vena: al margen del aliciente de jugar en la categoría de plata, el factor Cano, el entrenador que le exprimió todo el fútbol que lleva dentro, después de su salida de Can Barça y su rol no demasiado destacado en el Lleida...

Con Calavera de vuelta, Cano recuperaría esa pareja en la sala de máquinas junto a Carles Salvador, permitiendo liberar a Rubén Díez, la fórmula que adoptó para paliar la sentida baja del catalán, a quien ni Mikel Carro ni Kako (aun teniendo en cuenta sus perfiles diferentes) supieron cubrir.

RAÚL ALCAINA, ¿TAMBIÉN DE VUELTA?

Calavera podría no ser el único que haga el camino de vuelta a Castalia. Raúl Alcaina ha agradado a Cano, sobre todo en los play-off, en los que el también joven delantero (20 años) de Museros ha disfrutado de minutos decisivos y de calidad frente a Logroñés, Peña Deportiva y Cornellà.

Su vuelta sería mucho más factible, en una opción que satisfaría al futbolista, al Castellón y al Levante, de donde los albinegros esperan traerse también como cedido al guardameta Dani Cárdenas, las dos últimas temporadas defensor de la portería del filial.