David Cubillas está viviendo en sus propias carnes una paradoja poco agradable en el mundo del fútbol. El delantero castellonense fue uno de los héroes del pasado año en el ansiado ascenso a Segunda División B, siendo el Pichichi del CD Castellón, junto a Cristian Herrera, y uno de los referentes de la masa social en cuanto a liderazgo tanto dentro como fuera del vestuario.

No en vano, por su calidad futbolística y por todo lo no deportivo, Cubigol fue uno de los pocos jugadores a los que la dirección deportiva encabezada por Juan Guerrero decidió renovar, ya que se dieron hasta 17 bajas tras lograrse el ascenso.

Nombrado capitán en el regreso a la categoría de bronce, el propio atacante, su entorno y por extensión toda la familia orellut esperaban que Cubillas tuviese un papel más protagonista en este estreno de campeonato. Pero la realidad ha sido otra bien diferente a la que se esperaba.

BUEN PROMEDIO // Uno de los aspectos que más sorprende es que, pese al hecho de que el equipo no está viendo portería y los delanteros titulares apenas marcan goles —solo un tanto de Hicham, por ninguno de Máyor y José Carlos—, ni cuando dirigía Sergi Escobar al equipo ni ahora con Guti se le ha dado la confianza desde el inicio a Cubillas. Tan solo en liga ha disputado dos partidos ligueros como titular, en casa del Espanyol B —anotando el 0-1— y en Castalia ante el Ebro, curiosamente dos encuentros en los que Máyor, el habitual ‘9’ titular, no estuvo entre los convocados por sufrir una lesión.

Lo curioso del caso es que Cubigol es el que mejor promedio liguero lleva de goles por minutos disputados, ya que ha anotado uno de los tantos que suma el equipo habiendo disputado solo 381 minutos, lo que contrasta con Hicham, que ha metido uno en Liga en 620 minutos o Máyor y José Carlos, inéditos ante el marco rival pese a acumular 510 y 546 minutos respectivamente.

SE REPLANTEÓ SU FUTURO // Ante tanta falta de protagonismo, como el propio futbolista ya detectó en la misma pretemporada, Cubillas incluso estuvo barajando el pasado verano el no iniciar la liga como albinegro, siendo consciente de que tendría muy pocas opciones de gozar de la continuidad que todo ariete precisa.

Pero su albinegrismo, lo es hasta la médula, y el cariño que le muestra en cada partido o entrenamiento, e incluso por la calle, la masa social, provocaron que Cubigol no diera ese paso definitivo, ya que contaba con ofertas.

Ahora falta que, ante la sequía goleadora que están mostrando el resto de delanteros, el castellonense goce de las mismas oportunidades desde el inicio que el resto y demostrar de qué es capaz.