En el mundo del fútbol, los jugadores (casi) siempre acaban jugando en el equipo que quieren. Más aún cuando se trata de categorías semiprofesionales como la Segunda B, donde los futbolistas no suelen tener cláusulas de rescisión prohibitivas y son libres el 30 de junio para firmar con cualquier entidad deportiva. Una decisión que cada día depende más de la cuantía económica a percibir y menos de otros condicionantes como el proyecto deportivo o la masa social e historia que acarrea el equipo en cuestión.

Sin embargo, no ha sido el caso de Víctor García Marín, el ex futbolista del CD Ebro que llega a Castalia para ser el nuevo dueño del carril zurdo y que se decantó por la oferta del Castellón a pesar de no llegar a las cifras de otras propuestas del grupo III y IV. «De pequeño me aconsejaron que tome las decisiones por las emociones que me transmiten un proyecto, no por la cantidad de dinero que me ofrezcan en un sitio u otro. Eso es lo que he hecho para venir aquí, el Castellón es una plaza de otra categoría y no podía dejar escapar la oportunidad», comenta a Mediterráneo.

UN FICHAJE DE GARANTÍAS // El futbolista que, con 25 años, acumula más de 130 partidos en Segunda B -así como siete en Segunda A con el Tenerife- y ha pasado por equipos punteros de la categoría como Espanyol B, Badalona o UCAM Murcia. Ahora, acepta el reto de llegar a Castalia y está llamado a ser el amo y señor de la banda izquierda. «Primero me llamó Àngel para comunicarme el interés y luego el míster para explicarme el plan de juego que quiere implantar y las posiciones que podía ocupar. Me dijo que tiene varios sistemas posibles y que cuenta conmigo tanto para el lateral en una defensa de cuatro como de carrilero con tres centrales».

No en vano, esa demarcación como único jugador de banda es la que ha desempeñado este año en el Ebro. «Quizás es donde más cómodo me siento jugando, porque tengo libertad para sumarme al ataque y la certeza de que hay tres defensas por detrás de mí. Lo importante es que pueda ayudar al equipo, la posición es un factor secundario», profundiza.

Víctor se pondrá a las órdenes de Cano sobre el 15 de julio, cuando el Castellón inicie la pretemporada. «Cuento las horas para jugar en Castalia, este año estaba lesionado y vine solo para disfrutar del estadio, no me imagino lo que será jugar como local».