La concepción de la cerámica como un todo en el que hay que cuidar, evolucionar y favorecer su desarrollo es un pilar clave para Baldocer, que materializa en cada una de sus propuestas la meticulosa búsqueda de la máxima perfección.

El espacio expositivo de la compañía pone de manifiesto esta visión integral e integradora del producto, a través de su morfología, estética y estructura, concebidas para dar vida a la cerámica y que los visitantes puedan apreciar tanto las cualidades estéticas y técnicas de las piezas como sus opciones de aplicación.

Durante 25 años de andadura, Baldocer ha apostado por dotar a sus productos de sofisticación, llevando la producción y el acabado de sus piezas a un nivel superior y confiriéndole un plus de diferenciación en cada detalle.

Esta voluntad productiva, creativa y de innovación supone la suma de esfuerzos de un equipo humano implicado en cada paso del proceso, parte del cual quedará certificado hoy, con la obtención de la ISO 9001. Este reconocimiento de calidad, así como su posicionamiento entre las empresas de referencia del sector ponen de manifiesto que la firma está «en el buen camino», como señalan sus responsables.

Asimismo, en el proceso productivo de Baldocer juega un papel clave la comunicación, en la que participan todos los departamentos y especialmente el comercial y de producción, como elemento de detección de las necesidades de los clientes.

Los responsables de la compañía son conscientes de la diversidad de preferencias existentes en los diferentes mercados del mundo y por ello abordan la creación de sus productos bajo una mentalidad global, que ofrezca soluciones a las necesidades de cada área y en cada momento. La satisfacción del cliente y la cobertura total de sus expectativas con la mayor calidad es su máxima.