Incrementar las ventas del sector pese a los nubarrones que se otean en el horizonte. Ese es el objetivo que se marca la patronal Ascer y su presidente, Vicente Nomdedeu, que pese a la incertidumbre no pierde la convicción de que el crecimiento puede mantenerse.

--¿Cómo llega el sector a la feria italiana de Cersaie?

--El 75% de nuestra producción la vendemos fuera de España. Por lo tanto, en Cersaie, como gran feria azulejera internacional, tiene las máximas expectativas y esperamos que se conviertan en realidad. Seguimos creyendo que podemos crecer en ventas. El primer semestre así ha sido y la expectativa es que sigamos manteniendo ese 1,1% que llevamos de crecimiento.

--¿En qué países puede crecer el azulejo en la actualidad?

-En Estados Unidos. Las ventas siguen yendo muy bien. Aunque es un modelo económico que se está agotando, las medidas que está tomando su presidente para alargar el periodo están dando resultados. Por ello, el crecimiento en el país se mantiene y creemos que irá a más porque hay un factor que nos va a favorecer. Se trata de los aranceles del 103% que Estados Unidos impuso a las baldosas chinas y que están en vigor desde el pasado lunes.

Estas medidas son preliminares y creemos que pueden estar en vigor hasta enero o febrero, pero es que en paralelo se está tramitando otra investigación antidumping que podría resolverse en noviembre, con lo que las trabas al comercio entre ambos países podrían incluso ser más serias. Antes del verano esperamos que haya una resolución definitiva sobre los dos procesos. Los distribuidores americanos ya hace meses que buscan proveedores para sustituir a los chinos, que el 2018 colocaron en este país 64 millones de metros cuadrados.

En el lado opuesto de la balanza tenemos el brexit, que si al final es sin acuerdo, convertirá al Reino Unido en un mercado difícil de conservar, aunque por ahora mantengamos el crecimiento porque los distribuidores tienen que amortizar sus inversiones.

--Aparte de Reino Unido, la economía europea muestra signos de agotamiento, pero el crecimiento se mantiene en la mayoría de países.

--Efectivamente, tenemos Francia, un país que pasa por dificultades pero en el que estamos muy bien posicionados, con lo que la expectativa es no perder ventas el año próximo. Italia es un país que está creciendo en los últimos años y las expectativas apuntan a mantener el alza, después de que se haya formado nuevo gobierno. En Alemania nuestro posicionamiento es cada vez mayor, pues llevamos cinco años de acciones promocionales que el año pasado comenzaron a dar frutos. Y en Polonia, que es otro mercado importante, también estamos creciendo y la previsión es mantenerlo.

--Y el mercado doméstico, ¿cómo está evolucionando?

--Es es el único mercado que crece de forma seria, junto al de EEUU. No creo que crezcamos a dos dígitos, pero el 5% de crecimiento, posiblemente, lo alcancemos. También es cierto que el modelo se está agotando. Ya empieza a haber signos: se compran menos coches, menos viviendas, se reducen menos los estocs de pisos que tenían los bancos... No obstante, el año que viene el sector en España seguirá creciendo.

--Los datos de producción industrial muestran un retroceso del 8% hasta el mes de julio. ¿Mejorará hasta final de año?

--Es jugar a una quiniela, pero creo que este año estaremos en un retroceso del 9 o 10%. No creo que en este segundo semestre perdamos tanto como el primero (lo que significaría una caída del 15-16%), pero es imposible hacer previsiones. Con todo, la producción no es lo que determina el nivel de empleo, sino las ventas.

--El sector en Italia no pasa por su mejor momento. ¿Eso beneficia a España o le perjudica?

--Creo que nos perjudica. Todo lo que le pase a un vecino tuyo te afecta de un modo u otro. Los clúster en España son muy importantes y en Europa aún más. La colaboración entre Italia y España la estamos incrementando desde hace un año con reuniones mensuales, aunando intereses porque luchamos en el mundo entero.

--Una de las propuestas de la nueva Comisión Europea es impulsar una tasa de carbono en frontera para el azulejo que llega a Europa de terceros países. ¿Cómo valora esta medida?

--La vemos con buenos ojos, aunque nos parece insuficiente. Las empresas españolas y europeas ya soportamos muchos impuestos relacionados con el medio ambiente. Exigimos a los gobiernos saber dónde se invierte el dinero recaudado y querríamos que fueran a parar a proyectos de innovación destinados a mantener los sectores industriales.