El sector azulejero español funciona. Los números demuestran que el ‘Tile of Spain’ sabe trabajar y cómo sortear las dificultades, por grandes que sean. Incluso los datos macroeconómicos están acreditando que la evolución de las empresas de Castellón están siendo mejores que las del clúster italiano.

Sin embargo, la industria azulejera castellonense sigue demasiado volcada en producir productos técnicamente perfectos, con efectos y propiedades imposibles de ser ‘copiados’ en el corto plazo por cualquiera de sus competidores. Sin embargo, y aunque es mucho el camino que se ha recorrido en los últimos años, todavía es un hecho que hay que mejorar las técnicas de comercialización y márketing.

Sé que esta opinión me puede granjear más de una enemistad, pero nada más lejos de mi propósito. Se trata de optimizar recursos y, sobre todo, esfuerzos. Lo que no se comunica, es como si no existiera. Por tanto, lo primero que se debería hacer es cuidar al máximo la comunicación de las novedades. Y en este sentido, el márketing es crucial. No se trata de solo vender. Se trata de emocionar, de convencer, de crear una necesidad. Y en este sentido, son muchos los avances que en Cevisama 2016 se han visto a la hora de presentar los productos. ¡Bienvenidos a la era en la que los ambientes se viven, no solo se miran!

Y el segundo paso es aprender a defender los productos... la bajada de precios debería ser el último argumento de venta. Todo menos ‘regalarlos’.

El azulejo de Castellón es líder. Solo debemos creérnoslo (más) y poner los medios. Nos jugamos el futuro. H