Cevisama 2016 llega hoy a su ecuador y lo hace con un buen sabor de boca. Por primera vez desde que arrancó la grave crisis económica, que ha cambiado, para siempre, la fisonomía de la industria azulejera castellonense, el sector se ha estrenado en feria con un optimismo difícil de recordar en anteriores convocatorias.

Los pasillos de Feria Valencia aumentan, con el paso de las horas, el volumen de profesionales, y por las impresiones aportadas por la delegación de empresarios de Castellón, todo apunta a que el resultado va a ser positivo. Es cierto que tal vez las expectativas previas eran muy elevadas. Veremos si demasiadas, porque muchos de los estands confesaban que esperan un nivel de afluencia superior al realmente registrado. Pero lo que es innegable es que las novedades lanzadas están gustando. Y mucho.

Razones no faltan. Diseño, calidad, prestaciones tecnológicas de ultimísima generación y un servicio integral difícil de superar se combinan con un precio medio muy competitivo. Vamos, la marca de la casa del ‘Made in Spain’. Nadie ofrece tanto por tan poco. Y no se trata de una frase hecha.

A pesar de los temores iniciales, Cevisama sí ha atraído a clientes de los países árabes, uno de los grandes convocados a esta cita, una inyección de confianza en un momento crucial para el sector. Y por supuesto, de otras nacionalidades --los rusos, parece que definitivamente, van a ser los grandes ausentes en esta edición--.

Pero sobre todo, bienvenido sea el cliente nacional, que ha vuelto y con ganas de, parece, quedarse. Cevisama 2016 puede ser histórica. Hora era...H