La propuesta de Gobierno de España de retribución a las plantas de cogeneración en el sector cerámico en el primer semestre de este año supondrá un recorte del 43% sobre los ingresos actuales, lo que representará una merma de la remuneración de 19 millones de euros, según la estimación realizada por los técnicos de la patronal azulejera, Ascer.

Se trata de un nuevo revés para el sector, que soportará una reducción media del dinero que recibe superior a la que se calcula que tendrán que afrontar todos los usuarios de esta tecnología en el conjunto nacional.

Las empresas han presentado alegaciones técnicas ante el planteamiento de Industria, si bien confirmaron ayer que no esperan que se realicen cambios significativos a un documento, del que el único trámite restante es su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), para la que la fecha límite fijada es el 28 de febrero, según señalaron desde Ascer.

Añadieron que la aplicación del recorte en la retribución para las plantas de cogeneración tendrá efectos retroactivos al uno de enero de este año. Se realizará sobre criterios de remuneración que no se han renovado desde el 2018 ante la falta de estabilidad en las instituciones públicas.

Conversaciones

Si bien no hay grandes expectativas de lograr mejorar la normativa de este semestre, sí se han iniciado contactos con los nuevos interlocutores del Ejecutivo para tratar de modificar la situación a futuro para la cogeneración, un sistema de alta eficiencia energética y que consume gas natural, para el que las industrias cerámicas no tienen ahora alternativa, al menos que permita mantener su aportación a la rentabilidad de la producción azulejera.

Fuentes de Ascer explican que en Castellón existen 28 empresas del sector que usan este sistema, pero son muchas las firmas que tienen más de una planta, por lo que se calcula en 80 las instalaciones vinculadas a la cerámica, la mayor parte de alta eficiencia.

Para serlo, una planta cogeneradora debe cumplir dos requisitos: ahorrar en el proceso más del 10% de la energía primaria (en este caso, de lo que costaría producir calor y electricidad por separado) y obtener un Rendimiento Eléctrico Equivalente (REE) mínimo del 59%. En el caso de la mayoría de las de las industrias cerámicas, la eficiencia se sitúa en el entorno de un 92%.