La creciente demanda de lugares para ver en condiciones estos festejos anima a una notable asistencia de público en los balcones. A fecha de hoy, tan solo un edificio en todo el recorrido da a conocer la disponibilidad de sus vanos, pero es evidente que otros muchos propietarios aprovechan la ocasión. La oferta pública es ya escasa, porque la mayor parte de los fugaces inquilinos tienen comprometidos estos lugares con sus dueños desde hace años, evitando así perder el derecho sobre el lugar que en su día eligieron para contemplar la carrera.

Las cantidades que se cobran dependen del lugar, la planta del edificio, incluso la edad, la capacidad del balcón, o el número de personas. Una propietaria comenta que no alquila, «pero si me insisten, cobro 15 euros por persona mayor y 10 por niño, al día».

Una oferta habla de 30 euros diarios por un segundo piso, para cinco o seis personas, y 40 si se ubica en el tercer piso. En caso de que se alquile la semana completa, el abono asciende a 150 y 200 euros, respectivamente. Y no son los precios más caros, ya que se habla de incluso 30 euros por persona y día.

Todo es posible si se trata de contemplar con comodidad la entrada, y de aprovechar al máximo una parte de los 321 balcones, 725 ventanas y 64 terrazas que tiene la calle. Los entendidos dicen que el festejo se vive desde la calle, pero se ve desde los balcones. Es evidente que una familia que quiera contemplar la carrera y se desplace a Segorbe desde otra población debe situarse en alto. Una vez ocupadas las señales de tráfico, farolas, las rejas o los bancos --antes también estaban los buzones de Correos y cabinas de teléfonos--, tan solo queda el recurso de alquilar un balcón y, si es posible, hacia la mitad del recorrido y con capacidad visual de 180 grados. Es también la mejor solución para evitar el peligro que supone el comportamiento imprevisible de los toros y los caballos, sobre todo entre la gente con menos experiencia.