Parecía que había poca gente, pero pocos minutos antes de las diez de la mañana, cuando los miembros de la comisión de las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo de la Vall d’Uixó sacaron las cañas a la calle, decenas de personas se acercaron para acabar agotando las 300 unidades que repartieron la reina, Meritxell Aragonés, y su corte de honor para participar en la tradicional romería hasta la ermita de los patronos en la celebración de su día grande.

LLAMADA A LA UNIÓN / La de ayer era una jornada importante para los devotos de la Sagrada Familia, que además de en la romería participaron en la procesión por la tarde, aunque previamente, por la mañana, se sumaron a la misa oficiada por el párroco, Vicent Borja, que aprovechó la ocasión, entre otras cosas, para incidir en los valores de la familia «en la actualidad, en crisis como institución». En su homilía, Borja apeló al compromiso cristiano por recuperar «su vigor» a fin de dotarla de «salud y fuerza» para que en su seno lleguen los hijos «que son la alegría de la Iglesia y la sociedad en su conjunto», además de los herederos «de nuestra cultura y nuestras tradiciones».

Igualmente, aprovechó para llamar a la unidad nacional, recordando las palabras del papa Juan Pablo II, «que destacó la gran familia que es España».