Martes, 31 de mayo. Son las 9.53 horas. Los residentes de la Vall d’Uixó inician un nuevo día, no sin cierta incertidumbre. El contexto social, económico y político no es el más propicio para entregarse al optimismo, pero la vida sigue más allá de los grandes o pequeños problemas. Es una jornada más, como otra cualquiera, hasta que un sonido estremecedor interrumpe las cavilaciones de cada cual. Están cayendo bombas sobre una caravana de carros y agricultores que, por las carreteras de Nules y Moncofa, se dirigen al campo a emprender sus quehaceres. No serán las únicas. Los ciudadanos, desde la confusión y el pánico, se dan cuenta de la terrible realidad: su municipio está siendo bombardeado.

El escritor e investigador de la Vall, Nel·lo Navarro, recordaba ayer uno de los capítulos más tristes de la historia reciente de su localidad. 80 años pueden ser muchos o muy pocos según como se mire. Pero si se trata de mirar, no son escasos los vestigios de aquellos días que están marcados en calles y edificios.

Ese es el caso que relata Nacho Martínez, un vecino que explicaba, también ayer, que en su vivienda, sita en la avenida Cor de Jesús, a muy pocos metros del centro, «en algunos elementos de la escalera aún se aprecian las huellas de aquellas bombas». Así resulta complicado olvidar.

Navarro detallaba en tan triste conmemoración como «nueve aviones Dornier Do 17 de la Legión Cóndor, fuerza de intervención aérea de la Alemania Nazi de Adolf Hitler, que luchaba junto con las tropas del general Francisco Franco, habían dejado caer sus bombas» sobre el pueblo.

Relatan quienes creen que para pasar página no hay que borrar la historia que, en aquel y los sucesivos ataques aéreos (4 y 6 de junio del 1938), murieron 14 vecinos. Los heridos fueron muchos más. En aquellos días de caos, la Vall fue evacuada. Se convirtió en un pueblo fantasma durante nueve meses de frente de guerra en unas montañas y para unas gentes que quedaron marcadas.

Los aniversarios suelen invitarnos a celebrar, pero en casos como el de ayer, nos emplazan a no olvidar. Mientras varios representantes municipales participaban en las conmemoraciones organizadas en Granollers, algunos vecinos, a título individual, se esforzaron por explicar a las actuales generaciones un pasado que sigue marcando el día a día.