Alrededor de 25 vecinos de Nules han derribado, por su cuenta, sus viviendas de la marjalería al estar afectadas por expedientes urbanísticos abiertos por el Consell, y otros 15 harán lo propio antes de que finalice el año. La presión de las multas coercitivas impuestas por la Conselleria ha provocado, según explicó el alcalde de Nules, David García, que los afectados hayan dado este paso antes de recibir un ultimátum judicial. De hecho, García, quien participó en la primera Jornada de zonas húmedas: La Marjal, hacia una gestión medioambiental coordinada, organizada por la Fundación FYDU y Axioma, aprovechó la presencia de la consellera de Vertebración del Territorio, María José Salvador, para reclamarle «una mayor flexibilidad» en las sanciones. «Hay que cumplir el criterio de proporcionalidad que recoge la ley, con el fin de acabar con auténticos dramas familiares», añadió el munícipe.

«El artículo 241 de la ley urbanística establece que se pueden establecer hasta 10 multas coercitivas de entre 600 y 3.000 euros cada una antes de la orden judicial y, en Nules, ya hay casos de vecinos que han recibido tres sanciones con apenas tres meses de diferencia, la última de 2.500 euros, cuando el derribo de un vallado o de la caseta afectada no supera los 500 euros», aseguró el primer edil, que fue muy crítico por la falta de una regulación específica que aborde la problemática. «Desde que en el 2002, el Gobierno valenciano aprobó un catálogo de zonas húmedas muy arbitrario han pasado 14 años y todavía no tenemos un plan especial para regular esta cuestión», lamentó el alcalde, quien, pese a todo, afirmó que la ley está para cumplirla. «Las construcciones que se podrán salvar son las anteriores al 2002, que son la mayoría, mientras que hay un 30% que tienen peligro de derribo», recordó el primer edil. De hecho, el alcalde resaltó que la Conselleria ha dictado 429 órdenes de restauración de la legalidad urbanística, de las cuales 93 corresponden a viviendas, que se encuentran en la cuerda floja.

«TODOS DE LA MANO» // Consciente de que no es solo un problema de Nules, abogó por «ir de la mano con el resto de municipios afectados con zona de marjal», como Burriana, Almenara, Cabanes y Torreblanca, en Castellón, y Pego, Oliva y Sueca, en Valencia, cuyos representantes asistieron a los jornadas en la Caixa Rural.

poner en valor la zona // Por su parte, Salvador explicó que la Conselleria ha iniciado un proceso para proteger y poner en valor el marjal de Nules y Burriana y así salvaguardarlo y frenar la presión urbanística de los últimos años. Aseguró que se propone un modelo de gestión basado en el «parque agrario que pueda compatibilizar de manera racional usos y actividades terciarias, con pequeños restaurantes de productos de la marjal; con usos turísticos, mediante itinerarios y rutas culturales y didácticas». H