Los propietarios de las viviendas existentes en el margen derecho de la avenida Mare Nostrum --el vial más importante de la playa de Moncofa-- se encuentran en una auténtica encrucijada, ya que los voladizos o balcones de sus pisos se encuentran dentro del dominio público marítimo-terrestre --el límite discurre por la acera, aunque pegado a la pared exterior de los edificios--, lo que obliga a los mismos a pedir la autorización del organismo de titularidad estatal cada vez que tienen que realizarse obras de reparación o de mantenimiento de los inmuebles.

Así, las alrededor de 500 viviendas que se encuentran afectadas por este deslinde no pueden solicitar los permisos al consistorio --como ocurre con el resto de edificios de la localidad-- y se ven abocados a trámites que, en ocasiones, se dilatan mucho en el tiempo para poder acometer labores como, por ejemplo, pintar la fachada, reparar algún elemento deteriorado o cambiar los cerramientos. Una gestión que fuerza a los dueños a solicitar la correspondiente autorización con mucha mayor antelación a que si tuvieran que solicitarse al Ayuntamiento.

Se trata de una problemática que se ya se abordó en un reciente pleno de la corporación municipal, en el que se aprobó instar a la Dirección General de Costas al desplazamiento del deslinde que lleva tiempo pegado a las fachadas de las viviendas. Al respecto, el alcalde, Wenceslao Alós, señala que «estamos a la espera de la contestación a nuestra petición, porque no entendemos qué necesidad tiene Costas de poner el límite en la parte interior de la acera, cuando perfectamente podría estar junto al bordillo».

Proyectos en el aire

En este mismo sentido, Alós hace hincapié en que «lo que tiene que hacer el Gobierno central es ejecutar los proyectos de defensa del litoral que están planificados desde Almenara hasta Almassora, y ese deslinde que cada vez que se modifica porque la línea de agua está cada vez más cerca de las viviendas, se desplazará a la inversa ya que los espigones servirán para hacer retroceder esos en torno a 100 metros de distancia».

Y añade que, «a la espera de esos trabajos, es necesario desplazar los actuales límites unos tres metros, lo que liberaría a las viviendas afectadas de pedir los permisos a Costas para sus obras».