El polideportivo municipal acogió durante la jornada de ayer, la ya tradicional fiesta dedicada a las paellas, en la que participaron 600 vecinos y un total de 29 peñas, a las que el buen tiempo acompañó durante toda la mañana. Los vecinos pudieron preparar el tradicional arroz. De nuevo, no hubo concurso, ya que desde hace varios años se ha eliminado esta modalidad.

Las amas de casa colaboraron en el evento, en el que la panadería La Grosella ofreció el pan. Por la tarde, fueron los más pequeños con sus disfraces los auténticos protagonistas en el peculiar desfile por las calles del pueblo.

El pregonero oficial del municipio, Isidoro Fortanet, fue el encargado de cantar las novedades más destacadas del año y de anunciar los actos más relevantes de la semana de fiestas.

La jornada de hoy lunes será la más tranquila de la semana de fiestas con la vermutà, los concursos de guiñote y de parchís y la actuación del grupo de teatro local Els Escalda-sants, que representarán el sainete Colorines, en la Casa de la Cultura.