Segorbe ha dicho adiós este domingo a sus famosas entradas con toros y caballos, una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional. La última carrera estuvo marcada por la emoción del último día y por la despedida de varios caballos. El encierro estuvo controlado en todo momento por los jinetes, a pesar de que en el principio un toro iba atrasado, pero que se ha sabido cerrar a la perfección. En la segunda mitad del recorrido, la manada se espació de forma clara, pero sin suponer ningún peligro a los miles de visitantes que ocupaban el tramo de la Entrada. El único incidente, cuando los astados estaban en la plaza, lo protagonizó un mozo que cayó al suelo delante de un toro, pero sin ninguna incidencia, más que la propia caída. Al final, abrazos y ramos de flores entre los caballistas para despedir una semana fantástica de carreras en la calle Colón de Segorbe que aún tenía en la arena algo de barro tras las fuertes precipitaciones registradas la tarde del sábado. Algo que no influyó en el evento.