Las molestias por ruidos originados por acciones lúdicas, fuera de las épocas de celebraciones patronales y de Sant Josep en la ciudad, vuelve a poner en jaque la fiesta en Burriana. En esta ocasión, los afectados por las quejas vecinales son dos casals falleros, que están catalogados como sede festera tradicional del tipo B, que son aquellas que, como reza el correspondiente decreto de la Generalitat, «en las que, además de las funciones de gestión y administración, se realicen otras actividades que supongan la reunión o concentración de los festeros, familiares e invitados. Estas sedes no estarán abiertas a pública concurrencia».

PROCESO

En ambos casos, el Ayuntamiento inició un expediente, como consecuencia de las denuncias de vecinos que apuntaban que desde estos recintos se venían produciendo molestias. Unas quejas que vienen arrastrándose desde el pasado año y que han acabado con una comunicación por parte de los servicios técnicos municipales para que aportaran documentación y estudios que justificaran un adecuado aislamiento acústico.

La comisión de la falla Jaume I entregó la documentación requerida, que resultó insuficiente, de manera que los funcionarios no consideran que pueda garantizarse la ausencia de ruidos, por lo que propone que el casal no abra en horario nocturno.

Por su parte, el Barri València no llegó a presentar documentación alguna, pese a que se le solicitó en un par de ocasiones. Es por ello que la propuesta municipal es «suspender el funcionamiento» del local «hasta que se corrijan las deficiencias».

No se trata de un problema nuevo al que se vienen enfrentando las comisiones falleras de la localidad. Sin ir más lejos, los falleros de L’Escorredor ya hace tiempo que no disparan tracas en la vía pública, frente a su sede festiva, con la finalidad de evitar las reiteradas denuncias que otro vecino venía presentando.