El Juzgado de lo Penal número 3 de Castellón dicta sentencia absolutoria a F.Z.V., el educador social del colegio de la Resurrección de Segorbe que fue acusado del delito continuado de abusos sexuales a una de las alumnas del citado centro. Esta circunstancia desencadenó la expulsión del trabajador y, posteriormente, el cierre de la escuela de menores de familias desestructuradas por parte de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat, de la cual es responsable la vicepresidenta, Mónica Oltra.

La titular del juzgado invoca el principio de presunción de inocencia para determinar que «no resultando probados los hechos objeto de acusación, es superflua e innecesaria su calificación jurídica». Además, la conclusión señala que «no habiendo quedado acreditados los hechos imputados, no puede hablarse de autoría ni de otras consecuencias derivadas del mismo, procediendo la libre absolución del acusado».

Por todo ello, la juez exculpa al antiguo empleado del colegio de Segorbe «con todos los pronunciamientos favorables», así como declara de oficio los costes económicos causados por el proceso.

PEDÍAN PRISIÓN // Cabe recordar que tras la diligencias previas y posteriormente el procedimiento abreviado, el Ministerio Fiscal calificó provisionalmente los hechos como constitutivos de un delito continuado de abusos sexuales a mayores de 16 años y menores de 18 años, previsto y penado en el artículo 182 del Código Penal. Fiscalía solicitaba la pena de tres años de prisión, accesoria de inhabilitación especial para profesión, así como libertad vigilada por un periodo de cinco años, pago de las costas e indemnización de 1.500 euros para la menor. Por su parte la defensa del acusado solicitó desde el primer momento la libre absolución.

El presente caso fue el argumento principal esgrimido por el Consell para clausurar la Resurrección y trasladar a los estudiantes a otros centros de la Comunitat. El colegio sumaba 120 años de historia y estaba regentado por las hermanas Terciarias Capuchinas. En su larga trayectoria pasaron por sus clases miles de menores que recibieron atención y formación por parte de la congregación y monitores.